En su debut, el trío propone un buena dosis de melodías gancheras y canciones con todas las letras, las cuales si bien conservan la estructura rockera y el sonido inconfundible de batería que es capaz de sacar el Pato de dicho instrumento, los muchachos no se enfocan tanto en la distorsión y en rompernos la cabeza con riffs pesados, sino que construyen sus melodías en densas capas de sintetizadores (disculpen que sea repetitivo, pero ese sonido altamente recargado de teclados vintage siempre me remite al griego Vangelis, lo cual es algo muy bueno, obviamente). Por supuesto, esto no es psicodelia, no esperen viajes siderales ni densas capas de graves envueltos en humo de marihuana, esto son grandes canciones, con mucho gancho y cantadas en castellano, lo cual sorprendentemente y al contrario de lo que pasa generalmente en este tipo de música, no resta en el disfrute de la escucha. Altamente recomendable.
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