Por Manuel Platino
- Steve Reich & Ensemble Modern "Music for 18 Musicians" (1999)
Cuando Steve Reich compuso "Music for 18 Musicians" a mediados de los años setentas, había armado sus partituras de una forma tan críptica que sólo él y su ensemble podían interpretarlas (con algunas excepciones extraordinarias, según el propio Reich). El problema reside más que nada en que Reich usa (y abusa) de la técnica del desfasaje de patrones rítmicos, o sea, algunos instrumentos tocan a ritmos ligeramente distintos del compás principal de la obra y esto es difícil de codificar en una partitura. "Music for 18 Musicians" es básicamente eso: un compás principal marcado por el piano y el xilofón mientras que el resto de los instrumentos y voces van entrando y saliendo a diferentes ritmos y en diferentes momentos (sutilmente diferentes, uno no se da cuenta hasta luego de un rato cuando nota que los patrones pasaron de estar sincronizados a estar en contrapunto). En fin, cuenta la historia que hacia principios de los noventas, a un estudiante de música de la Universidad de Cornell se le encomendó como tésis de doctorado la escritura de una partitura standard para esta pieza. La misma sería utilizada por el grupo alemán Ensemble Modern para recrear la obra por primera vez en 1996 y capturado para esta grabación en 1997. El resultado fue más que bienvenido por Reich, y a partir de ese entonces comenzaría una relación de trabajo entre Steve Reich y Ensemble Modern que duraría hasta la actualidad.
Por supuesto, la belleza de esta pieza no recae solo en la ñoñez conceptual de los polirritmos y los contrapuntos, sino que en sí el resultado musical es sublime, extremadamente hermoso y capaz de generar un trance elevador si uno está dispuesto a dejarse llevar por el Drone y las progresiones armónicas. Pero no hace falta que se tome mi inepta palabra como certera. "Music for 18 Musicians" es una composición que trasciende las barreras culturales, la misma usa técnicas polirrítmicas de las tribus pigmeas africanas (recurso que Reich ha usado extensivamente en su obra) con el minimalismo casi Drone que sería su firma característica en todas sus piezas, combinadas con las técnicas armónicas y también rítmicas de los cantos gregorianos del siglo XII, en particular del compositor francés Pérotin le Grand. El aspecto puramente rítmico y tribal de la música de esta pieza es la base de toda la obra y está dividida en 11 secciones de 11 compases con una intro y una outro casi idénticas. Con el desarrollo de cada parte los patrones rítmicos en defasaje van dando lugar a extrañas armonías también repetitivas pero que van mutando lentamente con cada compás mientras van saliendo y entrando del primer plano los diferentes instrumentos, también de forma cíclica, como evidentemente lo es el esqueleto de esta obra. Todo esto volcado y codificado en una ensalada de influencias musicales disimiles, pero que a su vez comparten dos de las características esenciales que se escuchan en la pieza: los ritmos repetitivos y las armonías diatónicas, usadas tanto por Pérotin como por los pigmeos. Aquí dejo una interpretación de la última sección y la outro, pero se recomienda escuchar la obra en su totalidad.
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