Por Manuel Platino
- Casse Brique “Glumor” (2008)
No sé si alguien se habrá percatado por estos lares sudacas de este increíble dúo belga, me imagino que no. No importa, es hora de que lo hagamos. Yo lo conocí gracias a Cyrille de Haes, bajista de iCu y mente maestra detrás del sello Spank Me More Records (bueno, me imagino que deben ser todos amigotes por allá, ya que Spank Me More les ha editado este año su última producción Rebelote Contre Coinche) y me he quedado gratamente impresionado.
Dúos pesados hoy en día abundan, y el hecho de que sean solo dos en la banda no implica que no puedan estremecer los cimientos de sus salas de ensayo. El estilo de Casse Brique puede definirse como un estado intermedio entre el math rock y el post-rock, como una encarnación instrumental y más emotiva de Shellac, un engendro menos melodramático de Envy, una versión más escueta de City of Caterpillar... bueno, creo que nos vamos haciendo una idea.
Yo se que en mi ya clásica tradición del name dropping al tuntún muchos se han despistado y me han mirado con cara de “¿qué carajo está diciendo este gil?”, pero lo hago para darnos una idea: la música es muy enfocada e intensa, desplegada sobre una producción cruda pero clara, en la cual no se notan los overdubs (aunque los hay, ya que por momentos hay más instrumentos tocando a la vez que miembros en la banda) y te hace sentir como si estuvieras junto con los músicos en el mismo espacio físico. ¿Intensidad hardcore? ¿Sonido crudo albinezco? ¡Pos claro! a eso me refería en el párrafo anterior. Pero esto sigue siendo una descripción truncada: la mezcla de melodías de guitarras en contrapunto constante, algunos arreglitos de telenovela como para darle cierta emotividad y un bajo que aparece esporádicamente en los momentos cruciales, crea un menjunje muy distintivo y original, muy poco escuchado anteriormente en otros discos por quien les escribe. Y si he mencionado el bajo, es porque este instrumento está usado de una forma muy novedosa: casi toda la música está hecha por las guitarras y la batería, rara vez entra el bajo, y esta ausencia de graves hace que, por contraste, cuando el mismo aparece, se caigan abajo edificios, o en mi caso, se erice la piel de la emoción por el aporte inmenso que hace a la canción cuando se digna a sonar.
En definitiva, si andabas con ganas de escuchar música refrescante, desafiante, emotiva y con altas dosis de energía, Casse Brique tiene una linda propuesta para ofrecerte. No te la pierdas, Glumor se consigue a través del sello independiente Honest House.
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