Por Fernando Suarez.
-Seaweed “Despised” (1991)
Como si el espíritu de Hüsker Dü hubiera renacido a principios de los noventas, cerca de Seattle (en Tacoma, para ser más precisos) y sus discos (al menos los primeros) hubieran sido editados por Sub Pop.
-Lab Report “Unhealthy” (1994)
Ciertamente, y como el título de esta segunda placa así lo indica, estamos en presencia de un grupo malsano y enfermizo. El hecho de que hagan apariciones estelares Lydia Lunch y, especialmente, Genesis P-Orridge, ya nos da ciertas pautas sonoras y estéticas que los amantes de aquellos primeros reportes de Throbbing Gristle sabrán apreciar.
-Kerosene 454 “Situation at hand” (1995)
Y sí, estos tipos venían de Washington DC, eran producidos por J. Robbins (que, años más adelante, se juntaría con Darren Zentek, baterista de Kerosene 454, en Channels y Office Of Future Plans. Todo queda en familia) y se notaba a la legua que tenían bien estudiado el “In on the kill taker” de Fugazi, con lo cual no hay forma de que algo pueda salir mal.
-Thorn “Bitter potion” (1995)
A lo largo de su carrera, Roy Mayorga ha paseado sus virtudes como baterista en grupos tan diversos como Amebix, Nausea, Shelter, Crisis, Soulfly o Stone Sour. A mediados de los noventas lideró (en el aspecto compositivo, en lo interpretativo se mantenía detrás de las baquetas y encargado de la programación) este fugaz trío (donde también encontrábamos a Stephen Flam, guitarrista de los legendarios Winter) que alternaba entre los típicos rudimentos del Metal de esa época (Prong a la cabeza), ciertas voladuras a la Voivod y extraños arreglos y samples que le daban al material un aura casi espiritual.
-Star 69 “Eating february” (1996)
Con un nombre que remite (a mí, al menos) al “Monster” de R.E.M., una tapa bien Glitter y esa pinta de “Banda Alternativa de los Noventas de la B” (encima liderados por una bonita chica con problemas), uno no se imaginaría que estos londinenses radicados en California podrían hacer confluir con tanta gracia y buenas canciones las melodías más lindas de The Breeders (ok, con una cucharada más de azúcar o de Belly, cómo prefieran), los grandes guitarrazos y la emoción rencorosa de Sugar, el empuje rítmico y algo del guiño psicótico de los Pixies, la melancolía de Throwing Muses y una cierta frágil agresividad típicamente Nirvanesca.
-Hellchild “Circulating contradiction” (1997)
En una época donde muchos daban por agotado al Death Metal, estos nipones le encontraban nuevas vueltas de tuercas con una imaginación superlativa (tanto en lo musical como en las letras, algo no muy común en el género) y una energía que se sentía en las entrañas. Y sí, japoneses tenían que ser.
-Breach “Venom” (1999)
Hoy en día, hablar de una cruza entre agresión Hardcore, densidad Sludge disonancias Noise-Rockeras e inteligencia Post-Hardcore no sonaría demasiado novedoso pero a fines de los noventas era otro cantar (o gruñir, mejor dicho). Estos suecos pasaron del típico Hardcore metalizado noventoso (similar a Earth Crisis, por poner un ejemplo) a la mencionada mezcla y luego (a partir del ep “Godbox”) al así llamado Post-Metal pero fue en esta placa donde alcanzaron su punto más álgido de intensidad e inventiva.
-Wellwater Conspiracy “The scroll and its combinations” (2001)
John McBain, Matt Cameron y Ben Shepherd ya habían hecho de las suyas alejados de sus bandas principales (Monster Magnet, Soundgarden, Pearl Jam) en el proyecto conocido como Hater. En 1997 volvían a juntarse para dar vida a Wellwater Conspiracy que, con un sonido Rockero bien clásico y austero, resultaba casi una versión Garagera del Pink Floyd de Syd Barret. Para el disco que nos ocupa, Shepherd ya no era miembro fijo del grupo, aunque se mantenía como colaborador ocasional, al igual que otros amigotes como Kim Thayil y Eddie Vedder (bajo el seudónimo Wes C. Adle).
-Disengage “Application for an afterlife” (2004)
Toman la emotividad y el groove Post-Hardcorero de Quicksand, el Sabbathismo noventoso de Kyuss, los oscuros rebusques de Tool, el empuje melódico de Only Living Witness, lo baten con letras de fuerte contenido político y el resultado será similar a lo expuesto por Disengage en su tercer y (lamentablemente) último disco.
-Undark & The Radium Girls “Dark love” (2010)
Autodefinidos como “la primera y última banda Punk”, estos cuatro muchachos oriundos de Massachusetts parecen retomar el espíritu más desprejuiciado del último Refused y hasta se animan a darle su propia vuelta de tuerca. Y cualquier grupo que tenga un tema llamado “I fucking hate the Smiths” ya me cae bien.
0 invocaciones del cosmos:
Publicar un comentario