31 de mayo de 2012

Reviews express


Por Fernando Suarez.



-Alloy “Alloy” (1993)
Si tenemos en cuenta que, durante los ochentas y al frente de Articles Of Faith, Vic Bondi (tantos chistes que se pueden hacer con ese apellido...) ya se había adelantado a mucho de lo que luego se conocería como Post-Hardcore (mayor apertura  compositiva, melodías emotivas, variantes rítmicas y armónicas inesperadas), no es de extrañar que una de sus aventuras musicales en los noventas (entre 1989 y 1992 lideró Jones Very, otro grupo extremadamente recomendable) suene como una especie de Fugazi con guitarras más duras y un mayor cuidado en las melodías vocales. Todo con la inconfundible impronta del buen Bondi, claro que sí.



-Guzzard “Quick, fast, in a hurry” (1995)
Un trío oriundo del medioeste norteamericano y editado, entre principios y mediados de los noventas, por el sello Amphetamine Reptile. No es ninguna sorpresa que remitan a un punto intermedio entre los momentos más sueltos de Helmet, los más accesibles de Unsane (si es que eso tiene algún sentido) y los más quilomberos de Nirvana.



-Whirlpool “Whirlpool” (1995)
Proyecto conformado por miembros de Final Conflict, Outspoken, Mean Season, Reason To Believe y Sense Field. No, nada de Hardcore por aquí. En todo caso, esto es lo que sucede cuando un grupo de chicos Hardcore pasa demasiado tiempo escuchando a los Pixies.



-Chavez “Ride the fader” (1996)
A veces me da la sensación de que Chavez es una banda más conocida por rebote (por sus conexiones con gente como Billy Corgan, Dave Grohl, Will Oldham o Johnny Cash, entre otros) que por sus propios méritos. Méritos, por cierto, que se hacen evidentes al escuchar este genial segundo disco. Para los amantes de grupos como Failure, Hum, Shiner o Castor (ya saben, esa especie de Post-Hardcore que flirtea con elaboraciones casi Progresivas al tiempo que se eleva en preciosas melodías de corazón Pop y sabor cósmico), esta es una imprescindible adición.



-New Sweet Breath “Demolition theater” (1996)
¿Una banda de Seattle, de los noventas, que no hacía Grunge (y al que se le ocurra mencionar a Sanctuary, por favor, que salga de mi vista)? Bueno, tampoco estaban tan alejados. Digamos que estos muchachos pasaron más tiempo escuchando el “New day rising” de Hüsker Dü que el “My war” de Black Flag. Catorce temas en menos de media hora de pura dicha Punk-Popera desgarrada y efervescente.



-Dead Fucking Last “Grateful” (1997)
Dieron sus primeros pasos discográficos de la mano de Grand Royal (el sello de los Beastie Boys), tuvieron a Adam Horovitz (a.k.a. Ad-Rock) en sus filas como bajista y él mismo les produjo su segundo disco (“Proud to be”, editado por Epitaph en 1995) aún cuando ya no formaba parte del grupo. Cono todo esto, no es de extrañar que el sonido de estos oriundos de Los Angeles remita inevitablemente al costado Hardcore/Punk de los Beasties, con esa frescura excitante, juvenil y despreocupada, ideal para imaginarse surcando la ciudad a toda velocidad sobre una tabla de skate.



-Flux “Protoplasmic” (1997)
James Plotkin es generalmente reconocido como uno de los nombres más influyentes y personales dentro de la música extrema en general, en especial gracias a su labor en grupos como O.L.D., Khanate, Phantomsmasher, Khlyst o Jodis, así como en sus aventuras solistas siempre cercanas a la experimentación más ruidosa y abstracta. Bien, aquí se juntaba con la vocalista/letrista Ruth Collins y (con Mick “Human Tornado” Harris oficiando de productor) se metía de cabeza en un extraño viaje musical, donde duras (pero no rígidas) bases programadas convivían con bajos profundos, guitarras voladoras (con el espíritu de Robert Fripp sobrevolando en más de una ocasión), complejos contrapuntos y texturas, y melodías Pop de sabor agridulce. Lejos del ruido pero con la inventiva de siempre, Plotkin lograba uno de esos trabajos que (aún hoy en día) cuentan con el privilegio de sonar absolutamente originales.



-The Letter E “No. 5ive longplayer” (2000)
Si menciono a Sean Meadows (miembro de luminarias como Lungfish, June Of 44 y The Sonora Pine, entre otras) como parte fundamental de este cuarteto radicado en Brooklyn, no sería extraño que términos como Post-Rock, Math-Rock o Post-Hardcore se hagan presentes de inmediato. Más allá de rótulos y pergaminos, lo que aquí tenemos es un discazo de Rock instrumental, tremendamente cerebral e intrincado sin por ello perder de vista la emoción melódica, variado en su elección de formas y texturas pero provisto de una identidad innegable y una embriagadora profundidad musical.



-Eldopa “The complete recordings” (2006)
Oakland debe (o debía) ser un lugar jodido. Como si Neurosis y Buzzov-En no fueran suficiente, ahí teníamos (a mediados de los noventas) a Eldopa para profundizar en las zonas más sórdidas del espíritu humano a puro acople, riff mugriento y grito pelado. Como su título así lo indica, aquí tenemos todo registro discográfico del cuarteto, una auténtica panzada de Sludge, Crust y Hardcore desesperado, violento y nihilista.



-No Joy “Ghost blonde” (2010)
Una bola de ruido de belleza cegadora. Ok, se aprendieron de memoria el buen manual de My Bloody Valentine, The Jesus & Mary Chain, Sonic Youth, The Cure, Teenage Fanclub, Slowdive, Codeine y Low, pero lo reinterpretaron en canciones tan redondas, adorables (bueno, a veces se ponen inquietantes pero de una forma más sensual que ominosa o agresiva) e infecciosas que no queda otra más que darles la derecha, la izquierda y todas las que encuentren.

28 de mayo de 2012

Reviews Express


Por Fernando Suarez.



-Brad “United we stand” (2012)
Sin demasiadas sorpresas, pero sin perder sus cualidades, el proyecto liderado por Stone Gossard (ya saben, guitarrista de Pearl Jam) nos entrega otra colección de canciones agradables y espontáneas. Casi como una versión más clásica (en términos de Rock, claro está) y despreocupada de su banda madre.



-Damages “Indignation” (2012)
Allí donde el Post-Hardcore, el Noise-Rock y el Hardcore a secas (si es que así se puede llamar a bandas como Shotmaker o Deadguy) se dan la mano y potencian sus aspectos más catárticos, Damages hace su trabajo. Música en estado de emoción violenta.



-Gypsy “Giant’s despair” (2012)
Los chicos rudos también tienen su lado sensible. Miembros de Cold World, Mother Of Mercy y Stick Together (todas bandas afiliadas al costado más machote del Hardcore) dan rienda suelta a su amor por Jawbreaker (en especial la época de “Dear you”), logrando una mímesis (en especial en el terreno vocal) notable. Cero originalidad pero efectivo casi al cien por ciento.



-KTL “V” (2012)
Stepehen O’Malley (aquí junto a Peter Rehberg) se mantiene en su zona de confort, entregando las mismas atmósferas siniestras que encontrábamos en los previos discos de KTL. Por un lado, no se puede negar que el tipo maneja este tipo de música (Dark Ambient, Drone, Noise, llámenla cómo quieran) a la perfección. Por el otro, es alarmante la estrechez estilística en la que se maneja, en especial si, se supone, se trata de un artista “experimental”.



-Leech “If we get there one day, would you please open the gates?” (2012)
Con más de quince años de carrera sobre sus espaldas, no se puede decir que estos suizos sean unos recién llegados en el mundo del Post-Rock. Es más, siendo contemporáneos de popes del género como Mogwai o Godspeed You! Black Emperor, habría que tomar con pinzas las similitudes que se puedan hallar con ellos. En última instancia, es el innegable peso de las composiciones el que hace de éste un material sumamente recomendable para amantes del estilo.



-Old Man Gloom “No” (2012)
Ocho años pasaron desde su anterior placa (“Christmas”) y, en ese interín, el mundo se plagó de bandas mediocres que exprimieron el Sludge (y aledaños) hasta, prácticamente, vaciarlo de contenido. Por suerte, EL supergrupo (con gente de Isis, Converge y Cave In, entre otros, el rótulo es necesario) del estilo ha decidido volver y, claro que sí, mostrar cómo se hace. Como siempre, balanceando los catárticos ataques de magma distorsionada y alaridos viscerales con pasajes de abstracción ambiental y enfermantes disonancias (por no hablar de esas incursiones acústicas que me excitan como a una quinceañera), Old Man Gloom se encarga de cuidar el fuego Neurosiesco, al menos hasta que Steve Von Till y los suyos editen su esperado nuevo disco.



-Oyaarss “Bads” (2012)
Electrónica puesta al servicio de las más profundas sensaciones misantrópicas. Los aspectos más perversamente cerebrales del Dubstep y la IDM forzados a través de un denso filtro de ruido Industrial, en pos de generar sobrecogedoras visiones distópicas y atravesar la espina dorsal con heladas puñaladas sónicas.



-Silversun Pickups “Neck of the woods” (2012)
Si, hasta ahora, podíamos ver a Silversun Pickups como una puesta al día de los Smashing Pumpkins de la época del monumental “Siamese dream”, este nuevo trabajo oficia como puente imaginario entre aquel estilo y el expuesto en “Adore”, bajando un tanto la distorsión y abriendo la puerta a una oscuridad más marcada (y algo ochentosa) y adornada por ocasionales arreglos electrónicos (o sea, Depeche Mode).



-Social Suicide “A genetic hoax” (2012)
El nombre podrá remitir a Bad Religion pero lo de estos cuatro jóvenes noruegos poco y nada tiene que ver con el sonido melódico del profe Graffin y compañía. Esto es Hardcore rabioso, gritón y moderno, en la vena de gente como Killing The Dream, Comeback Kid, I Adapt o Swamp Thing pero, aún así, con personalidad propia. Esto significa que pueden jugar con ideas más elaboradas, variadas y de mayor profundidad musical (a lo dicho, sumen algún que otro momento a la Converge) sin que ello signifique disminuir la intensidad que debería caracterizar al género.



-This Lonely Crowd “Doppeldanger and other delicious secrets” (2012)
Compilado de rarezas de este quinteto carioca volcado a una especie de Shoegaze robusto, potente (alguien dijo por ahí que sonaban como una cruza entre Slowdive y Smashing Pumpkins) y de personalidad bastante arisca y caótica. Es que, al margen de ciertos flirteos con el Post-Rock, el Noise y hasta algo de Metal noventoso, no es muy común encontrar en un mismo disco versiones (respetuosas, vale aclarar) de Depeche Mode y Napalm Death. Ah, lo edita la gente de Sinewave, así que lo pueden bajar gratis en su página web: www.sinewave.com.br.

25 de mayo de 2012

Lengua Mortuoria vs. Motociclistas Suicidas en el Círculo de la Muerte



Dos bandas amigas unen fuerzas para molestar a sus oyentes.
El resultado se puede escuchar en este Split, lleno de drones, riffs industriales, dumbetas y mucho ruido.
Todo aquel interesado en escuchar esto, puede adquirirlo en forma de cassette en Ydnirgal Producciones.
Pronto por Zann's en versión digital y CDR.



24 de mayo de 2012

Reviews Express


Por Fernando Suarez.



-Tumor Circus “Tumor circus” (1991)
El gran Jello Biafra (no hace falta que explique quién es, ¿no?) se juntaba con los Noise-rockers de Steel Pole Bath Tub y el guitarrista Charles Tolnay, y ponía su siempre electrizante voz y sus siempre punzantes textos al servicio de un Noise-Rock (claro) mugriento, por momentos histérico y Punky, y en otros denso y asfixiante. No es de los proyectos más conocidos del ex líder de Dead Kennedys pero vale la pena rastrearlo.



-Sonic Violence “Transfixion” (1992)
Estos británicos formaron parte (junto a nombres como Dead World, Spine Wrench, Skin Chamber o los primeros Pitch Shifter) de una suerte de mini tendencia que se dio a principios de los noventas y que, básicamente, consistía en emular al primer Godflesh. Y no hay nada de malo en eso. Para mejor, en esta segunda entrega discográfica ampliaban la paleta sonora con algo de Revolting Cocks, Big Black y Swans (bueno, todo sigue en familia, por así decirlo), y alcanzaban algo parecido a un sonido propio.



-Bivouac “Tuber” (1993)
El nombre del grupo remite inmediatamente a Jawbreaker pero la música de este trío británico estaba más cerca del Rock americano noventoso de bandas como Sugar, Superchunk o Buffalo Tom. O sea, guitarras fuertes, bases energéticas, melodías tan bellas como emotivas y espíritu Punk al servicio de canciones atemporales.



-State Of The Nation “Objective complete” (1994)
Trío conformado por ex miembros de Inside Out, Hardstance y Farside, volcado a un Post-Hardcore de alto contenido melódico y fuertes convicciones políticas. Podemos citar influencias de Quicksand, Ignition, Jawbox o Fugazi, como así también del Revolution Summer Washingtoniano de mediados de los ochentas (en especial los sonidos más armoniosos de bandas como Three, Marginal Man o Rain, aunque adaptados a este contexto noventoso, desde ya) pero, de todas formas, el resultado final es lo suficientemente personal y logra sacudir a base de buenas canciones, construidas de forma inteligente y emotiva.



-Morgoth “Feel sorry for the fanatic” (1996)
¿Qué pasa cuando un grupo de alemanotes Deathmetaleros escuchan demasiado Killing Joke? Les sale un discazo como éste que, ya desde el título, anuncia su ruptura definitiva con el Death y confirma las sospechas que había levantado el previo (y absolutamente recomendable) “Odium”.



-Brick “Volvoland” (1997)
La versión sueca de The Jesus Lizard. Si eso es un elogio o no, depende del lector. Por las dudas, agreguen un poco (pero no demasiado, que no quede duda de cuál era la principal fuente de inspiración de Brick) de Shellac y Fugazi... y tampoco no fuimos muy lejos, qué digamos.



-Red Aunts “Ghetto blaster” (1998)
A esta altura, el término Riot Grrrl no es más que otro nicho dentro del mercado Rockero. Ahora bien, si hablamos de Punk-Rock salvaje, intenso, directo y hecho por chicas durante los noventas, y si tenemos a nombres como Bikini Kill, Slant 6, The Gits, Instant Girl, Tribe 8 o Heavens To Betsy en alta estima, no pueden faltar estas cuatro californianas y estas doce irresistibles descargas de electricidad con las que se despidieron del mundo.



-Echo Is Your Love “Sheets of blank fucking paper” (2000)
No todo es Metal Gótico y Power Metal en la fría Finlandia. Este quinteto (que sigue activo hasta el día de hoy) debutaba con ocho canciones donde exponían, sin fisuras y con un personal sentido de búsqueda (por no hablar de su destacado manejo de tensiones y movimientos dinámicos), su amor por grupos como Sonic Youth (en especial gracias al complejo y disonante trabajo de sus guitarristas) y Blonde Redhead (en especial gracias a la inquietante pero melódica voz de su cantante, Nea Helsto).



-Black Cross “Art offensive” (2003)
No son muchos los grupos que pueden enarbolar influencias tan variadas como Black Flag, Fugazi, Converge, Squirrel Bait, Unsane, Motörhead, Rites Of Spring, Nausea, Hüsker Dü, Drive Like Jehu o Swiz sin que el resultado final sea un pastiche infame e impersonal de elementos dispares e inconexos. Pero, claro, aquí teníamos a gente que luego encontraríamos también en grupos como Coliseum, Black God o Young Widows, así que no deberíamos sorprendernos demasiado. Una descontrolada bola de energía Punk (en lo más amplio del término) que pasa del extremismo a la melodía, del desenfreno a la emoción y de la brutalidad a la inteligencia sin resignar su identidad musical ni bajar el afiebrado nivel de intensidad.



-Cloak “Versus grain” (2009)
Nunca está de más una pequeña sesión de beats chirriantes e hipnóticos, graves putrefactos y atmósferas tortuosas en general. Esto es Dubstep bien oscuro, mugriento (se nota el amor por los exponentes Industriales más corrosivos) y, encima, viene recomendado por el mismísimo Justin Broadrick (que un poquito sabe del tema), así que, como diría Skinner, “dijo que no hay falla”.

21 de mayo de 2012

Reviews Express


Por Fernando Suarez.



-Heavy Blanket “Heavy blanket” (2012)
Era hora de que J Mascis tuviera un grupo donde pudiera regodearse en la más absoluta autoindulgencia guitarrera. Supuestamente postergado desde 1984 (tras la disolución de Deep Wound y el hartazgo de Mascis con respecto al Hardcore), Heavy Blanket es un trío instrumental básico (guitarra, bajo y batería) que nos presenta seis zapadas bien rifferas, de sabor Stoner y plagadas de esos solos interminables que tanto le gustan al canoso líder de Dinosaur Jr.



-Helios “Moiety” (2012)
Keith Kenniff continúa con las mismas premisas que se planteó para Helios (su principal proyecto) hace unos ocho años: paisajes bucólicos, preciosismo armónico, calma reflexiva, un leve tinte melancólico y melodías tan bellas que rozan la grasada absoluta (y lo digo como un elogio). Nada de estridencias ni revulsiones (y Breton se puede meter su manifiesto bien en el orto), casi media hora de música para suavizar el alma.



-Horseback “Half blood” (2012)
Si me venden un disco como una versión Neurosiesca de Neil Young (algo parecido dice la gacetilla del sello discográfico, Relapse), yo compro sin dudarlo. Claro, la cosa no es tan buena como uno podría imaginar con semejante descripción. Esto es, básicamente, una aceptable mixtura de Drone, Post-Rock, Psicodelia, Noise y Black Metal, teñida de ciertas influencias Folkys muy en la línea del Earth de los últimos años. Todo viene bastante bien hasta que las voces de bruja Cachavacha arruinan los más que interesantes climas y texturas que generan los instrumentos.



-Hot Water Music “Exister” (2012)
Hot Water Music puede separarse y juntarse todas las veces que quiera, el fuego en sus entrañas nunca se apagará. Sus indestructibles himnos Punks están hechos de pura pasión y raspan en esa parte del espíritu que nos hace humanos hasta exponer nuestros propios corazones de forma descarnada y tierna al mismo tiempo. Siguiendo allí donde dejaron las cosas con “The new what next” (2004) y sumando lo aprendido (en especial en el terreno melódico, cada vez más teñido de áspera emotividad Folk) en las aventuras solistas de sus dos cantantes, “Exister” nos da trece nuevas razones para seguir respirando, ni más ni menos.



-John Zorn “Nosferatu” (2012)
Música compuesta originalmente para una versión teatral polaca (ay, estos artistas de vanguardia...) del clásico vampírico de Bram Stoker (como dato de color, el disco salió a la venta conmemorando los cien años de la muerte de éste último). En dieciséis temas, el siempre prolífico e inquieto Zorn (aquí acompañado por Bill Laswell en bajo, Rob Burger en piano y órgano, y Kevin Norton en percusiones varias) despliega su habitual eclecticismo (desde el Jazz más delicado a los arranques de histeria ruidosa, pasando por abstracciones ambientales, complejidades neo-clásicas y hasta algo de Dub), manteniendo en todo momento el clima misterioso, nocturno y siniestro que semejante inspiración requiere.



-Joyce Manor “Of all things I will soon grow tired” (2012)
Punk-Pop de bordes rasposos y alta carga emocional, siguiendo los pasos de clásicos de los noventas como J Church o Jawbreaker, más el agregado de acercamientos al costado más crudo y Lo-fi del Indie-Rock y a ciertos modismos del Post-Punk ochentoso y la New Wave. Son nueve temas en menos de quince minutos, algunos exhiben un potencial más que admirable, y en otros se percibe una alarmante falta de sustancia que hace que el excesivo hypeo se vuelva aún más irritante.



-Off! “Off!” (2012)
Los vejetes Punks siguen pateando culos con la intensidad y la frescura que nunca perdieron. Dieciséis temas en igual cantidad de minutos y el que no salta y se sacude como un poseso es porque no le corre sangre por las venas.



-P.H.O.B.O.S. “Atonal hypermnesia” (2012)
Estos franceses fueron de los primeros en acercar el espíritu misantrópico del Black Metal a las herrumbrosas elucubraciones apocalípticas del primer Godflesh y no debe ser casualidad que tomen su nombre del que probablemente sea el disco más denso e intrincado (por no hablar de infravalorado) de los legendarios Voivod. Aquí vuelven a pintar desesperantes entropías en ásperos tonos grises, explayándose en cuatro extensas composiciones (ninguna baja de los trece minutos de duración) donde encontraremos todos los ritmos mecanizados, las disonancias, las voces procesadas y los climas opresivos que cualquier amante del clásico “Streetcleaner” debería saber apreciar.



-Retisonic “Robots fucking” (2012)
Hace más de diez años que Jason Farrell vive en New York pero se nota que todavía lleva a Washington (especialmente a Dischord, Fugazi y Jawbox) en el corazón. Ok, se tomó ocho años para entregarnos un nuevo larga duración de Retisonic (la banda que lidera desde que disolvió en 2001 a los geniales Bluetip) pero la espera valió la pena. Y con creces. Doce nuevas maravillas compositivas de perfección Post-Hardcorera e invencible gancho Pop. De recontracabeza a lo mejor del año.



-Snail “Terminus” (2012)
Desde el título del disco y su arte de tapa, ya se nota una clara intención por parte de Snail de entrar a terrenos más épicos y monolíticos dentro de su particular combinación de gorda densidad Sabbáthica, rebusques Melvinescos y precioso melodicismo psicodélico. En el trayecto caen en algunos lugares comunes del Stoner y el Grunge más pesado (hay momentos muuuuy parecidos al Alice In Chains de “Dirt”) pero, de todas formas, siguen deslumbrando con canciones tan voladas como redondas y esos coros irresistibles, mezcla de Beatles, Pink Floyd, Meat Puppets y los mencionados Alice In Chains.

17 de mayo de 2012

Reviews Express


Por Fernando Suarez.



-No Trend “Too many humans” (1984)
Clásico, injustamente ignorado, del costado más misantrópico, ruidoso y enfermizo del Punk americano de los ochentas, y claro referente de lo que luego se conocería como Noise-Rock. Como unos Flipper más histéricos o unos Butthole Surfers más enfocados y rabiosos, pero provistos de personalidad e ideas propias. Y el hecho de que en una de sus letras se los escuche repetir escuche la frase “you breed like rats” ya hace que los quiera mucho más.



-Drop Acid “Making god smile” (1991)
En uno de sus descansos de 7 Seconds, su líder Kevin Seconds formó este trío con el cual combinó la impronta melódica y emotiva expuesta por su anterior banda a fines de los ochentas (en discazos como “Ourselves” o “Soulforce revolution”) con cierto groove muscular afín a lo que el gran público comenzaba a conocer, por esos años, como Grunge. La cosa duró poco (en 1993, 7 Seconds retomaba su actividad con “Out the shizzy”, un álbum que, casualmente, parecía seguir la línea de estos Drop Acid) pero, a más de veinte años de su lanzamiento, este único larga duración se mantiene como una necesaria adición para el siempre energizante cancionero del Señor Segundos.



-Outface “Friendly green” (1992)
Antes de arruinar a Sepultura (bueno, en realidad la culpa le cabe a Andreas Kisser, pero en fin), Derrick Green se desempeñaba al frente de este grupo (usando el seudónimo Simon Verde), que también contaba en sus filas con futuros miembros de CIV y Filter. El resultado era una buena reinterpretación, de tintes noventosos, de las mejores lecciones de los legendarios Bad Brains. ¿Supergrupo en una dimensión paralela o mera curiosidad? Ustedes deciden.



-Les Thugs “As happy as possible” (1993)
Los memoriosos Punks recordarán a estos franceses por su genial versión de “Moon over Marin” de los Dead Kennedys pero lo cierto es que, en sus dieciséis años de carrera (1983 a 1999), lograron destacarse con un sonido sumamente personal, algo así como una cruza entre los himnos acelerados de Bad Religion, la ensoñación estrepitosa de My Bloody Valentine y la inteligencia guitarrística de Sonic Youth. Más que suficiente para mojar mis pantalones.



-Ultra Bidé “God is god, puke is puke” (1995)
Tres japoneses del bocho, vaya novedad, y encima apadrinados por Alternative Tentacles. Como para que se hagan una idea, esto sería como un Shellac alucinógeno y efervescente, coloreado con esa insana diversión nipona que tanto nos gusta y condimentado con algo del virtuosismo psicótico de unos NoMeansNo.



-Thought Industry “Outer space is just a martini away” (1996)
Una pieza musical tan compleja, imprescindible, estimulante, movilizadora y profunda que cualquier cosa que intente escribir va a quedar, indefectiblemente, corta. Si cuentan a discos como “Angel dust” o “Nothingface” entre sus preferidos, he aquí una pieza fundamental del rompecabezas.



-X Milk “Scarcity” (1998)
La península ibérica tal vez no sea reconocida por una prolífica producción en lo que a Hardcore tradicional se refiere pero, en esta segunda y última (luego tendrían su discografía completa editada en un único cd) placa de los catalanes X Milk, tiene un excelente representante. Bueno, lo de “tradicional” habría que replantearlo. Si bien el cover de “New direction” de Gorilla Biscuits, escondido al final del disco, no nos permite ignorar sus raíces, el sonido ajustado, técnico, levemente metalizado, adornado de chispazos melódicos y casi bordeando lo caótico nos remite más a bandas como Shai Hulud o American Nightmare/Give Up The Ghost, así como a referentes del Umeå Hardcore como Abhinanda, Final Exit y los Refused pre-“The shape of Punk to come”. Una bomba de adrenalina, apta para disfrutarla con o sin equis en los puños.



-Ancient Chinese Secret “Caveat Emptor” (2000)
Matt Martin (baterista de Capitalist Casualties), Chris Dodge (líder de Spazz, fundador del sello Slap-A-Ham, entre otras ocupaciones) y su esposa Lydia conformaban este fugaz proyecto que, en teoría, podría ser el sueño húmedo de cualquier amante del Powerviolence que se precie de tal. En la práctica, es una suerte de reinterpretación “poderviolenta” de las enseñanzas de dementes nipones como Ruins, Melt Banana o los primeros Boredoms, plagada de riffs enroscados, ruiditos psicóticos, ritmos esquizofrénicos, y coronada por la voz Punky de la señora de Dodge. Casi un anticipo de lo que luego el mismo Chris haría, junto al monumental Dave Witte, en East-West Blast Test.



-Audio Learning Center “Friendships often fade away” (2002)
Tras la disolución de Pond, el bajista y vocalista Chris Brady forma este nuevo trío (donde también encontramos a Steven Birch, ex guitarrista de Sprinkler) que lo encuentra dejando atrás sus lazos con el Grunge y adentrándose en terrenos más afines a una suerte de Emo (piensen en Sunny Day Real Estate o los momentos más aplomados de The Get Up Kids) maduro, bien elaborado y tremendamente conmovedor. Rock adulto con las emociones a flor de piel.



-YOGA “Megafauna” (2009)
Si piensan que la tapa de este disco es perturbadora, esperen a escuchar lo que hay dentro de él. Imaginen el costado más jodido y siniestro de bandas como Gnaw Their Tongues o Wold, súmenle una dosis extra de LSD y aún así estarán lejos. Probablemente el disco más atemorizante que se haya editado jamás.