-Creation Is Crucifixion “In silico” (1998)
En 1998 se estrenaba “Pi”, primer film del director norteamericano Darren Aronofsky. En dicho film, la trama se centraba en Max Cohen, un matemático ermitaño, paranoico y con desórdenes mentales bastante serios, el cual pasaba su vida buscando el modelo matemático perfecto para hacer predicciones en la bolsa de comercio.
Producto de estas investigaciones (y de ciertas influencias de tipo religiosas), se encuentra con algo aún mayor: la idea de descubrir una formula matemática que podría lograr responder a todas las cuestiones universales, tanto del plano físico como del metafísico.
En 1998 se edita “In Silico”, disco debut de Creation Is Crucifixion. Ahora bien, ¿cuál es la relación entre estos cinco nerds y el film de Aronofsky?
Es bastante probable que el director neoyorquino jamás haya escuchado a Human Remains, Discordance Axis, Today Is The Day y Man Is The Bastard (o Bastard Noise en este caso, para ser más precisos), sin embargo su debut cinematográfico coincide con el disco que nos ocupa en eso de generar una atmósfera sumamente opresiva detrás de un aura tan esotérica, extrema y revulsiva como compleja en su construcción.
Por otro lado, nos quedaríamos cortos si esas fueran las únicas referencias para hablar de la banda de Pensilvania.
“In Silico” transmite, a través de sus diecinueve temas (muchos de ellos cortinas de Noise/Ambient), un clima caótico, intrincado y asfixiante, a todas luces mamando, por un lado, del Hardcore metalizado de aquellos años (sobre todo de bandas como Starkweather o los primeros Converge, cuando todavía el término Mathcore no se ponía de moda) pero agregando a la ecuación el costado más técnico del Death Metal, la violencia y los blast beats del Grindcore y aquellas suculentas disonancias hoy tan en boga.
Un entendido de la casa dijo alguna vez que sonaban como “un Zao villero en pleno desahucio” y, sin duda (y lejos de acercarse a tierras santas), Creation Is Crucifixion desvalijaría todo, lo quemaría y, para el placer de los comelibros extremos del mundo, lo volvería parte de un manifiesto mayor.
“In Silico”, el renacer de los cuerpos en plena combustión o uno de los últimos y (lamentablemente) más ignorados capítulos dentro del panorama de cáustica violencia de los noventas. Ustedes entenderán.
Review escrita por Mariano Lastiri.
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