Por Fernando Suarez.
-Calma “En esta tarde gris” (2011)
La ciudad pesa sobre nuestros hombros, su inconmovible mirada gris nos sigue de forma opresiva y sus ásperas geometrías nos dañan el alma. Aquí están los sonidos de esta ciudad, los que en otras épocas pertenecían a otras músicas pero ahora nos pertenecen. Y sin necesidad de forzar híbridos con más estudio de marketing y pose cool que música en sí misma. Sin siquiera tocar un acorde que pueda remitir a esos horribles pastiches tangueros/rockeros o tangueros/electrónicos, Calma se las arregla para transmitir con apabullante intensidad las sensaciones grises (claro) y ásperas que los paisajes y las vicisitudes urbanas apilan en nuestro interior. ¿Quién hubiera pensado que los sonidos más oscuros y avanzados (musicalmente hablando) del Hardcore de los noventas servirían como marco sonoro tan exacto para esta desazón porteña? Así como, en algún momento, Kyuss trasladó las herrumbrosas y fabriles visiones de cuatro obreros de Birmingham al vasto desierto de su Palms Spring natal, este quinteto hace algo similar con los sonidos de bandas como Unbroken (sí, todavía tengo fresco el recuerdo del tremendo show que dieron en nuestras tierras hace unos pocos días), Threadbare, Refused, Quicksand o Mean Season, pero colocándolos con absoluta precisión sobre el entramado opaco de nuestro “Buenos Aires querido”. Insisto, ni siquiera necesitan caer en la poca elegancia de intentar imitar un estilo tanguero en sus letras o pavadas por el estilo. Es que, en última instancia, estamos hablando de emociones universales, de un dolor inapelable y sanguíneo, que trasciende fronteras pero se presenta con completa honestidad. Y también estamos hablando de música, estamos hablando de cuatro temas que bordean la perfección, con un trabajo de guitarras y bajo que estimula tremendamente la imaginación al tiempo que propina fuertes puntapiés en el estómago, con riffs excelentes adornados de ricas armonías y arreglos interesantísimos, con un afilado instinto dinámico y un sabio manejo de tensiones y liberaciones, con una base rítmica sólida, potente y con el grado justo y necesario de versatilidad como para no decaer nunca, con una voz que suple sus limitaciones técnicas (mejor dicho, serían las preferencias estilísticas, nadie pretende un Mike Patton para este tipo de música) con una energía y una expresividad desgarradoras (ayuda aquí la notable factura de las letras, un punto que, lamentablemente, no muchas bandas vernáculas del estilo manejan demasiado bien), con interpretaciones ajustadas, creativas y vigorosas al mismo tiempo, y con un nivel compositivo capaz de rivalizar con cualquier exponente primermundista de cualquier época. En fin, como suele suceder, se me hacen flojas e incompletas mis palabras para describir la magnitud y el ardor de lo que estas canciones generan en mí. Háganse un favor y compruébenlo ustedes también por su cuenta.
2 invocaciones del cosmos:
buena reseña y además es un blog muy recomendable, aprendo,y disfruto de cada comentario
Muchas gracias por las palabras lindas.
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