Por Fernando Suarez.
-aMiniature “Depth five rate six” (1994)
En el mapa imaginario del Post-Hardcore de los noventas, San Diego sería algo así como la capital de la histeria y el desenfreno, con clásicos como Heroin o Antioch Arrow (así como gran parte del catálogo de Gravity Records) anticipando bastante de lo que luego sería el costado más abrasivo y caótico del Screamo, y los legendarios Drive Like Jehu sumándole una complejidad de claros tintes Progresivos a las enseñanzas de Washington DC. En ese contexto, aMiniature podría considerarse tanto una rareza como un destacado representante del Post-Hardcore de San Diego, un grupo capaz de imprimirle su propio sello a un cúmulo de influencias comunes con sus pares generacionales. En primer lugar, hay que decir que lo de este cuarteto no era material tan frenético ni descarnado como el de los primeros ejemplos, sino que se arrimaba, más bien, a los enrosques de los segundos, en especial en lo que hace al intrincado trabajo de guitarras. Pero de ninguna forma piensen en unos Drive Like Jehu de segunda, aquí había más tela para cortar. Puestos a diseccionar influencias, podemos mencionar algo de la sobriedad emotiva de Jawbox, extrañas armonías de cuerdas a la Sonic Youth, disonancias y arreglos angulares con gusto a Noise y Math-Rock de Chicago, el nervio rítmico y la movilidad dinámica de Fugazi, una retorcida sensibilidad melódica no tan alejada de Shudder To Think y, claro, un obvio espíritu Punk noventoso sobrevolando todo y manteniendo ese tenso balance entre exploración musical e impacto urgente y visceral. Ya saben, esa cosa mágica que sucede cuando músicos educados en una dieta de Hardcore y Punk Rock deciden aventurarse en formas musicales menos rígidas y ampliar su paleta expresiva a algo más que el vértigo y las explosiones de testosterona adolescente. El empuje sigue viniendo de las entrañas, la energía sigue siendo urgente y abrasadora pero también tenemos un gran sustento musical para ella y hasta nos encontramos con diversos recursos (versatilidad rítmica, profundidad melódica y una retorcida minuciosidad armónica) que, en lugar de ablandar la propuesta, la hacen más intensa e interesante. En última instancia, estamos hablando de Rock potente, de corazón Punk y apoyado especialmente en unas guitarras magníficas, vibrantes y tremendamente creativas. Lo cual, volviendo a los conceptos del principio del comentario, dejaba a aMiniature en un lugar extraño, demasiado armónicos y rockeros para su ciudad natal, demasiado enroscados para el sonido Dischord y demasiado emotivos para el sadismo de Chicago. Si todas esas cualidades y las referencias antes mencionadas son de su agrado, he aquí otro delicioso bocado noventoso del que no deberían privar a sus paladares musicales.
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