Por Fernando Suarez.
-Skullflower “Fucked on a pile of corpses” (2011)
Con más de veinticinco años de carrera, más de veinticinco discos en su haber, y loas por parte de gente como Justin Broadrick, Earth, Neurosis y Sunn 0))), Matthew Bower (la mente maestra detrás de Skullflower) bien puede considerarse como un pilar dentro del universo Noise/Drone/Industrial/Rockero/Psicodélico/Experimental. Desde sus inicios, allá por 1985, la intención de Skullflower fue canalizar la agresión a los sentidos y la atmósfera opresiva propia de la Electrónica más abrasiva (Whitehouse, Throbbing Gristle, Controlled Bleeding) a través de instrumentaciones netamente Rockeras, como para alcanzar resultados más orgánicos y físicos y, al mismo tiempo, aportarle una cierta vuelta de tuerca psicodélica al asunto. Con el tiempo, ese sonido se fue volviendo cada vez más abstracto y amorfo, dejando de lado los ritmos tradicionales y concentrándose especialmente en las profundas texturas generadas por la guitarra eléctrica. Así, llegamos a este “Fucked on a pile of corpses” que, ya desde el título, se planta como un trabajo agresivo, oscuro y revulsivo. En efecto, los siete temas que aquí se suceden casi sin respiro vienen recubiertos de impenetrables costras de ruido saturado, desde cavernosas resonancias que hacen temblar el estómago hasta histéricos chirridos que taladran los tímpanos sin ningún tipo de piedad. Debajo de ese maremagnum sónico, es posible percibir algunas baterías (enterradísimas bajo toneladas de saturada distorsión), lúgubres melodías y hasta desesperados alaridos que terminan acercando este material a esa cruza de Noise con espíritu Blackmetalero practicado por grupos como Wold, Gnaw Their Tongues, Hallow o Nekrasov. En ese aspecto, hay que decir que se trata de un disco que deja un tanto de lado las elucubraciones lisérgicas de antaño y las reemplaza por un clima exasperante, de absoluta asfixia y tan corrosivo que sólo los más extremos seguidores del terrorismo sonoro podrán tolerarlo sin problemas. Aún así, hay que mencionar que Bower cuenta con la suficiente experiencia en este campo y el grado suficiente de musicalidad como para eludir el aburrimiento y los lugares comunes más facilistas que presenta este tipo de música. Ruido, sí, pero hecho con calidad. Preparen los oídos para la paliza más jodida en lo que va del año.
2 invocaciones del cosmos:
y ya que estamos: 1 o 2 discos "clásicos" de Skullflower para recomendar? Escuché uno que se llama Ruins, nomás
Ese "Ruins" es bueno porque compila la primera etapa. Después puede ser "IIIrd Gatekeeper" y " Orange Canyon Mind".
Publicar un comentario