Por Fernando Suarez.
-End On End “Why evolve when we can go sideways?” (2002)
Lo admito, soy un tipo fácil. Un grupo que se bautiza inspirado en los legendarios e inmortales Rites Of Spring (ya saben, la banda considerada inventora del Emo y laureada, aún hoy en día, como uno de sus exponentes más brillantes e intensos) ya empieza con el pie derecho y despierta inmediatamente mi curiosidad. En efecto, y como era de esperar, la música de este quinteto va por los carriles más energéticos y crudos del Emo/Post-Hardcore. Ahora bien, si entre fines de los ochentas y principios de los noventas tuvimos una primera generación de seguidores de las enseñanzas de aquel viejo grupo de Guy Picciotto (nombres destacados como Moss Icon, Current, Fuel o The Hated, entre otros), deberíamos decir que la propuesta de End On End es más afín a camadas posteriores, de sonido más agresivo, gritón y caótico (bordeando el Screamo pero sin irse a los extremos), y líricas de claro tinte político. En ese sentido, tal vez sea más atinado compararlos con grupos como Four Hundred Years, Yaphet Kotto o el tándem Torches To Rome/Bread And Circuits, sin que ello signifique desmerecer la vibrante personalidad de estos californianos. Lo que aquí tenemos son doce canciones inquietas, de estructuras intrincadas y amplio rango dinámico, pletóricas de una magnífica interacción instrumental tan fluida como inteligente, y empujadas por un evidente corazón Hardcore que late frenético y sensible al mismo tiempo. Por supuesto, aquellos elementos típicos y esperables del estilo (voces que van de la tensión al grito desgarrado, espesos entramados de arreglos melódicos, subidas y bajadas de intensidad) se encuentran presentes y manejados con gran maestría y absoluta entrega emocional, como corresponde. Desde ya, no están redescubriendo la pólvora ni nada por el estilo pero encaran su faena con tal inventiva y pasión que calan profundo en el alma al tiempo que sacuden el cuerpo y estimulan los centros más nerds de la apreciación musical. En mi libro, eso es motivo suficiente para darles, al menos, una oportunidad.
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