Por Fernando Suarez.
-Debtor “Bloodseeds” (2011)
Emoción, melodía, agresión, contundencia, técnica, inventiva, pasión. No sé si esas son palabras que ustedes asociarían inmediatamente a un grupo Hardcore pero sí son algunas de las primeras que se me vienen a la mente al escuchar este larga duración debut (precedido por el ep “Deliverance”, editado en 2008) de Debtor. Claro, muchas veces, al leer el término Hardcore, hay gente que tiende a imaginar ciertos lugares comunes, cierta falta de vuelo musical o ciertas deficiencias interpretativas. Bien, estos cinco jóvenes oriundos de Philadelphia dejan en claro que el problema es de los prejuiciosos, no de ellos. No es que se salgan de ciertos márgenes estilísticos, sino que los manejan con un impresionante grado de creatividad, con una musicalidad ajustada, certera e imaginativa, y con interpretaciones que demuestran un virtuosismo que, por lo general, no se asocia al Hardcore. Y todo ello empujado por el ardiente fuego, por la energía urgente y cruda que caracteriza a los exponentes más destacados del género. Insisto, no es que estén reinventando la pólvora aquí, es sólo que la emoción que le ponen al asunto, el elevado nivel de las instrumentaciones y los variados enrosques compositivos aportan dimensiones musicales que podrían interesar inclusive a aquellos que no suelen ser demasiado amigos del mosh y las bermudas. Por supuesto, la misma banda reconoce a Shai Hulud y Strongarm (ambas pioneras en eso de combinar Hardcore, Metal, melodías emotivas y rebusques casi Progresivos) como principales influencias, y verlos como una versión actualizada de dichos grupos no estaría del todo mal, siempre y cuando resaltemos que eso no significa falta de identidad e ideas propias. En fin, a esta altura del partido, seguir pensando que el Hardcore es un género cuadrado y falto de variantes y peso musical es un mero prejuicio (o, al menos, un recorte bastante arbitrario y malintencionado de la realidad) que se deshace ante la evidencia de numerosos ejemplos que dictan lo contrario. Y, entre esos ejemplos, “Bloodseeds” es uno de los más destacados que pueden encontrar en la actualidad.
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