Por Fernando Suarez.
-Hammerhead “Memory hole” (2011)
Tal vez no sean tan conocidos como Helmet, Unsane o Melvins, pero Hammerhead fue, entre principios y mediados de los noventas, la banda que, probablemente, mejor resumió en su sonido el espíritu del legendario sello Amphetamine Reptile. Claro, estoy hablando de Noise-Rock en su estado más contundente, riffero, pesado y agresivo. Como ha sucedido tantas veces, Hammerhead se transformó en una especie de banda de culto cuando ya no existía como grupo, lo cual nos trae a esta reunión luego de quince años desde su última placa, la genial “Duh, the big city”. “Memory hole” es un ep con sólo cuatro temas y con eso ya basta para excitarnos y, de paso, demostrar que estos tipos no han perdido ni un ápice de lo que los hacía tan especiales allá en los noventas. La comparación más inmediata que se puede hacer es con Unsane, en especial en lo que hace a esos riffs ásperos, a ese sonido tremendamente corrosivo y Rockero al mismo tiempo y ese empuje rítmico brutal, esa especie de groove angular y violento que se siente con fuerza en las entrañas. La diferencia principal es que, mientras los paladines neoyorquinos se mantienen siempre tercos en un esquema cerrado y asfixiante, Hammerhead se permite algunas variantes más abiertas en el campo melódico. El hecho de contar con dos vocalistas ayuda a marcar dichas variantes pero también los flirteos con elementos armónicos y rítmicos más afines al Post-Hardcore. Por ejemplo, las voces pueden ser crudas y transmitir rabia y desesperación pero lo hacen sin perder de vista la melodía, la guitarra y el bajo se trenzan en impenetrables murallas de distorsión pero en ellas es posible percibir dinámicas y arreglos provistos de una musicalidad tan sádica como inteligente y, de alguna forma, sensible. En última instancia, el punto es que los tipos saben cómo hacer buenas canciones y no simplemente buenos pastiches de ruido Rockero, y eso marca toda la diferencia en el mundo. Por supuesto, el problema es que el material se termina demasiado rápido (especialmente, si tenemos en cuenta que uno de los temas es más bien un ambiental interludio instrumental) y nos obliga a ponerlo en repeat una y otra vez hasta saciar nuestras ansias de buen y jodido Noise-Rock. Imprescindible para cualquier amante del género que se precie de tal.
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