Por Fernando Suarez.
-Dos “Dos y dos” (2011)
Con el perfil bajo y la humildad que caracteriza a esta gente, llega un nuevo trabajo discográfico de Dos, el primero desde “Justamente tres”, editado en 1996. Ah, por si no lo sabían estamos hablando del proyecto que comparten Mike Watt (ex Minutemen y fIREHOSE, solista destacado, leyenda viviente del Punk americano, miembro de los renovados Stooges e inquieto colaborador en innumerables proyectos) y su ex esposa (estuvieron casados entre 1987 y 1994, aunque su relación va más atrás en el tiempo) Kira Roessler (ex bajista de Black Flag entre 1983 y 1985), y en el que dan rienda suelta a composiciones propias (y algún que otro cover) basadas exclusivamente en sus dos bajos y ocasionales intervenciones vocales. Antes hablé de perfil bajo y eso se traduce con exactitud en la música de Dos, completamente alejada de cualquier tipo de espectacularidad rockera, distendida en su concepción e interpretada con una elegancia cálida, casi íntima y sumamente entrañable. Básicamente, se trata de trece canciones donde ambos bajos (despojados de cualquier tipo de efecto) se entrecruzan en sobrias y evocadoras líneas melódicas, jugando entre arreglos, contrapuntos y armonías de una riqueza notable y, al mismo tiempo, apoyándose en un sonido natural y austero y una fluidez orgánica que aleja con buen gusto y simpatía cualquier atisbo de pretensiosa autoindulgencia. Por supuesto, se trata de material absolutamente original e imposible de encasillar, aunque ese mismo espíritu indomable es lo que definía, de cierta forma, la idea de Punk Rock de Black Flag y Minutemen en su momento. Aquí no hay riffs furiosos ni ritmos frenéticos ni alaridos desgarrados, esto es pura música que se escurre por nuestros oídos como un manantial cargado de absoluta y sencilla belleza, creada con una honestidad y una transparencia que genera escalofríos de emoción en el espíritu y entregada con un sentido musical elevado, que deja atrás tanto las convenciones genéricas y las poses vacías del Rock como el acartonamiento y la frialdad que suele acompañar a los músicos académicos, por así llamarlos. No se lo pierdan.
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