Por Fernando Suarez.
-Adolescents “The fastest kid alive” (2011)
Nostálgicos irremediables, skaters achacados, crestudos con arrugas y amantes del viejo, bueno y querido Punk-Rock de parabienes, he aquí un nuevo trabajo de Adolescents, uno de los pilares fundamentales de aquella pequeña explosión de fines de los ochentas que se dio en Orange County, California, junto a nombres destacados como Agent Orange, T.S.O.L., The Vandals o Social Distortion, entre tantos otros. Seis años después de aquel “O.C. Confidential” con el que regresaran en plena forma, estos veteranos nos echan en la cara estas quinces gemas de pura perfección Punkrockera, logrando contagiar una frescura y una energía que no se condice con las canas y las pancitas que exhiben sus integrantes. Claro, Adolescents nunca fue Black Flag, ni intentó serlo, su sonido siempre estuvo ligado a la melodía y a cierta enfermiza efervescencia Pop que los colocó en el podio de los pioneros del Hardcore/Punk más melódico. En ese sentido, no me queda otra que aceptar que esta flamante placa tiene el nivel suficiente como para competir con sus obras más festejadas de principios de los ochentas. Sí, inclusive con aquel inmortal debut homónimo de 1981. Es que cada una de estas canciones cuenta con un empuje infeccioso y refrescante, con las guitarras desparramando clase entre riffs afiladísimos y arreglos elegantes, la base rítmica manteniendo ese pulso nervioso y movilizador, y la voz desgranando melodías irresistibles, tremendamente gancheras, siempre en el filo entre la diversión, la emoción y la agresión. Tenemos temas bien acelerados y frenéticos, otros con tintes casi Surfers, algunos bien Rockeros (a la Stooges pero alumbrados por el sol californiano), la mayoría montados sobre el típico ritmo Punk, y en todos ellos nos encontramos con esas melodías perfectas que nos hacen sentir, una vez más, que vale la pena estar vivos, a pesar de todo. En fin, no lo vean como un mero ejercicio de nostalgia, “The fastest kid alive” se sostiene por el peso de sus geniales canciones y demuestra que la edad no es un impedimento para entregar excitación y fuerza.
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