Por Fernando Suarez.
-2nd Gen “Irony is” (2001)
Comenzar una review con un dato curioso e inútil es un recurso bajo pero, usualmente, efectivo. Por ejemplo, con respecto a este álbum debut de 2nd Gen (seudónimo para el residente londinense Wajid Yaseen) podemos mencionar que Steve Wilson (líder de los progretas Porcupine Tree y una miríada de proyectos paralelos, uno más soporífero que el otro) lo cuenta entre sus discos preferidos de todos los tiempos. Claro, personalmente (y guiándome sólo por su labor como músico), el gusto musical del Sr. Wilson no me sirve como indicador de nada. Una referencia más atinada (y cercana a mis propios gustos, para qué negarlo) sería señalar el hecho de que gente como Techno Animal (ya saben, aquel proyecto electrónico de Justin Broadrick y Kevin Martin) y Dälek hayan colaborado en remixes de 2nd Gen. Ahora podemos ponernos en situación. Lo que aquí tenemos es ese hijo bastardo y vil entre los beats más revulsivos y violentos del Hip-Hop, las técnicas de producción más minuciosamente sádicas de la Electrónica en general (piensen en aquel “Come to daddy” de Aphex Twin pero multiplicado por cien) y las más espesas, corrosivas y lacerantes capas de ruido digital que Merzbow y Skinny Puppy supieron legarnos, casi como una opresiva y dolorosa puesta al día de lo hecho por The Beatnigs (banda pionera, e injustamente olvidada, en eso de acercar el Hip-Hop y la Música Industrial) a fines de los ochentas. Cada uno de estos diez temas pinta visiones grises y oxidadas de un mundo en imparable decadencia, nos fuerzan a través de achicharrados e incómodos viajes lisérgicos que destrozan neuronas con ritmos como martillazos hidráulicos y degradados riffs electrónicos saturados de distorsión, escapan de los parlantes y se corporizan con graves resonancias que hacen temblar el estómago y siniestros chirridos que abren agujeros en el cráneo, perturban los sentidos con sus sobrecargadas atmósferas de herrumbrosa desesperación. Esto es música agresiva y extrema (por si no lo sabían, el Metal no tiene el monopolio del extremismo sónico. De hecho, en términos de brutalidad, esto pone en ridículo a cualquier Deathmetalero con cara de malo) pero concebida con inteligencia psicótica y una tortuosa atención al detalle. ¿Piensan que la música hecha con máquinas es fría, sin alma ni fuerza? Piensen otra vez, si es que la paliza (auditiva, física emocional) propinada por este apabullante “Irony is” les deja algún resto de energía y algo de materia gris intacta.
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