Por Fernando Suarez.
-Wừu “888” (2011)
No todos los días se escucha un grupo de Grindcore vietnamita, claro que no. Nunca deja de maravillarme esa capacidad del Metal extremo de surgir de los lugares más insospechados. En ese sentido, la gente del sello Grindcore Karaoke (que edita esta placa en formato digital, por lo que la pueden descargar de forma gratuita en www.grindcorekaraoke.com), parece estar conformando una especie de Internacional del Blast-Beat y W?u es una excelente adición a la misma. Si, como decían los Pixies, el hombre es cinco, el diablo es seis y dios es siete, entonces el ocho al que hace alusión el título de esta placa debut debe ser algo muy terrible. Lo que aquí encontramos son treinta y tres temas especialmente diseñados para pulverizar huesos con sus vertiginosos ritmos, rasgar la carne con un inagotable arsenal de riffs putrefactos y pervertir las neuronas con una imaginación sádica y demente, forzando los sentidos a través de un viaje frenético, impredecible y psicótico. Por supuesto, tenemos blast-beats a todo trapo, tenemos un bajo podrido y gruñón, tenemos una guitarra maciza y mugrienta, y tenemos un salvaje despliegue de gruñidos y alaridos varios a cargo de dos cantantes. Pero eso no es todo. Tenemos también abruptos cambios de ritmo, estructuras caóticas, rebajes grooveros, riffs intrincados (por momentos más cercanos al Death Metal, en otros más Hardcorosos y sin olvidar nunca las enseñanzas de Discordance Axis), samples juguetones, desencajadas curvas estilísticas, instrumentaciones exóticas (pianos, guitarras acústicas, teclados ambientales, cuerdas, beats electrónicos), extraños juegos vocales y una constante sensación de delirio violento y sentido del humor homicida que parece equilibrar la brutalidad lisérgica de Cephalic Carnage con la agresión descerebrada de Birdflesh. O sea, si bien este trabajo es una auténtica patada en los dientes, se trata más bien de un Grindcore para mentes aventureras y desprejuiciadas, divertido pero sin perder de vista la música (un error demasiado común en los grupos que tratan de ser graciosos), variado y alocado pero siempre atento al certero golpe en el estómago que el buen Grindcore debe propinar. Amantes del género y la tortura auditiva en general, a por él.
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