Por Fernando Suarez.
-Tombs “Path of totality” (2011)
Pasado el impacto inicial, la sorpresa por un sonido refrescante y personal dentro del Metal extremo, llega la hora para Tombs de afianzar su propuesta. Los que ya nos deslumbramos con aquel genial “Winter hours” (por no mencionar sus primeros ep’s y el compilado “Fear is the weapon”) de 2009, no encontraremos en este flamante “Path of totality” nada demasiado diferente, sino más de lo mismo pero con los tornillos más ajustados y las ansias destructivas intactas. Aquí tenemos, entonces, esa particular combinación de densidad Sludge, épica Post-Metalera, mugriento corazón Hardcore, sórdida oscuridad Blackmetalera, disonancias de tinte Noise-Rockero (el pasado del cantante y guitarrista Mike Hills en los maravillosos Anodyne todavía pesa) y sensibilidad melódica cercana al Shoegaze y el Post-Punk, interpretada con una contundencia inhumana y, al mismo tiempo, una visceralidad descarnada y dolorosamente emocional. Es que, siguiendo la mejor escuela de Neurosis, el trío se las arregla para trasladar sus grandilocuentes visiones musicales a un terreno claramente humano, logrando ese ansiado equilibrio entre profundidad musical y empuje físico, esa capacidad para sacudir las entrañas y elevar (o hundir, según cómo lo quieran ver) el espíritu al tiempo que la imaginación se estimula hasta límites insospechados. Cuidado, mencioné a Neurosis pero, de ninguna manera, eso significa que Tombs sea uno más de los tantos clones que no hacen más que abaratar las enseñanzas de Steve Von Till y compañía. La referencia viene más por el lado del fuego interno, de esa intensidad tan apabullante que se torna épica sin necesidad de apelar a otra cosa más que a las propias emociones. En lo estrictamente formal, estos neoyorquinos siguen probando que su forma de encarar la música pesada es absolutamente única y escapa con elegancia a los encasillamientos facilistas. Pueden caer sobre nuestras cabezas como una tonelada de concreto, con los riffs más gordos y las texturas más envolventes, pueden acelerar en fantasmales bolas de distorsión Black/Crust/Shoegazeras, pueden rugir con los pulmones cubiertos de óxido o hipnotizarnos con sinuosas letanías melódicas (digamos que escucharon bastante Godflesh, Swans y Killing Joke pero no se quedaron sólo con los aspectos más abrasivos de sus propuestas), pueden confundirnos con ritmos frenéticos y espesos entramados de guitarras, y pueden combinar todos esos elementos de formas inesperadas, logrando, de todas formas, resultados sólidos y concretos. Imprescindible amantes de la pesadez y la oscuridad y barbudos en general.
0 invocaciones del cosmos:
Publicar un comentario