Por Fernando Suarez.
-The Ghost Of Otis “Hopes and denials” (2011)
El sello Deep Elm (que edita este álbum debut de The Ghost Of Otis) probablemente sea conocido por sus compilados “The Emo diaries” que, desde 1997, vienen presentando material inédito tanto de bandas ignotas como de luminarias del género de todo el mundo, como Samiam, Jimmy Eat World, Planes Mistaken For Stars, Camber, Cross My Heart, Schema, Last Days Of April, Further Seems Forever, Aina, Spy Vs. Spy, The Appleseed Cast, Benton Falls, Logh y hasta nuestros argentinos Late Night Condition. Bien, olvídense de todo eso, porque lo de este cuarteto oriundo de Rhode Island pasa por otro lado. De hecho, ni siquiera tengo muy en claro por dónde es que pasa. Partamos por decir que ya la formación del grupo (batería, voz hablada, dos voces cantantes, una masculina y una femenina, que también se encargan de guitarra, bajo y saxofón barítono) escapa a las convenciones Rockeras en general. Y las trece canciones que componen este atrapante “Hopes and denials” no hacen más que confirmar esa extrañeza. Veamos, tenemos evocadores arpegios y sutiles arreglos empapados de delay que no desentonarían en el Post-Rock más lacrimógeno, tenemos voces que se trenzan en complejos arreglos corales y arrebatadoras melodías, tenemos estallidos de distorsión y alaridos que ponen la piel de gallina, tenemos estructuras sinuosas e impredecibles, tenemos un saxofón omnipresente que propone tanto extrañas armonías como cierto nervio Free-jazzero, tenemos un variadísimo trabajo compositivo que recorre diversos géneros e influencias (desde Pink Floyd a Cursive, de Slint a Frank Zappa, de Thursday a Talking Heads, de Tool a Mogwai, y así podríamos seguir por un buen rato) manteniendo siempre el tono más bien tenso y emotivo del disco, tenemos histriónicos recitados, una cuidadosa labor de dinámicas y texturas, y la clara voluntad de no quedar atrapados en ningún esquema trillado. Lo interesante es que The Ghost Of Otis logra desplegar esa impronta experimental y ese desprejuiciado y, al mismo tiempo, elegante eclecticismo en canciones que mantienen un sólido hilo argumental a lo largo de toda la placa, exponiendo una identidad musical poco habitual en un grupo tan joven. Entonces, estamos hablando de un grupo que debuta con ideas bien claras y propias, imaginación desbordante, intensidad emocional y un sonido imposible de encasillar, ¿qué más le pueden pedir a la vida?
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