Review: Fucked Up "David comes to life" (2011)

 Por Fernando Suarez.

-Fucked Up “David comes to life” (2011)
No es ninguna novedad que Fucked Up es un grupo que no está atado a convención alguna. Mantienen un espíritu Hardcore/Punk altamente politizado al tiempo que juegan con diversas variantes musicales y conceptos líricos que no se privan de exploraciones íntimas y espirituales. Crearon un universo musical propio, rescatando la esencia de los clásicos y empujándola hacia inéditos parajes de imaginación y vuelo creativo. Teniendo todo esto en cuenta, no debería ser tan sorprendente que esta nueva placa se trate de una Ópera-Rock que relata (de forma un tanto caótica) una historia de “amor, pérdida y redención” ubicada en la Inglaterra de Margaret Thatcher. En otras palabras, esto significa que los canadienses siguen avanzado en su afiebrada exploración de formas musicales cada vez más complejas, más ambiciosas y alejadas de la supuesta ortodoxia Hardcore/Punk pero sin perder en ningún momento el nervio, la intensidad, la urgencia visceral que los hace tan especiales. De todas formas, y más allá de la extensión del disco (son dieciocho temas en casi ochenta minutos), el grupo sigue trabajando dentro del formato de canción, embelleciéndolas al máximo con un cuidadísimo trabajo de guitarras (casi como un resumen perfecto de Sonic Youth, Queen, Fugazi, The Who, Dinosaur Jr, Motörhead, Articles Of Faith y Black Flag. Suena extraño, lo sé, pero, justamente, allí reside gran parte de su magia) y un instinto melódico cada vez más certero e irresistible. En rigor, lo único que puede remitir a lo que uno imagina como Ópera-Rock es el empleo ocasional de voces y coros femeninos que se acoplan a la perfección con el tono eternamente rasposo (pero siempre articulado y ubicado) del gordo Pink Eyes. Ok, también tenemos algunos teclados, guitarras acústicas, juegos corales casi Beatlescos y cierto empeño épico y expansivo en las melodías pero todo está manejado con más emotividad que histrionismo. O sea, al tiempo que han ganado en complejidad (insisto con las guitarras, un auténtico manjar), arreglos más intrincados, orquestaciones más ampulosas y dinámicas rítmicas más abiertas, han profundizado su costado emotivo y el gancho melódico, elevándose a alturas de belleza inauditas y manteniendo en todo momento el pulso adrenalínico, la energía física que impide que esto sea un despliegue de elucubraciones sin alma. Y es que, más allá de cualquier cosa, lo que sigue definiendo a Fucked Up es el perfecto equilibrio que logran entre inteligencia, emoción, fuerza bruta e imaginación, un equilibrio que los pone en liga con los nombres más destacados de la historia del Punk (y aledaños) en general. En fin, al principio puede parecer difícil y es probable que los fans más conservadores del grupo no logren apreciarlo del todo pero, para aquellos que se entreguen sin prejuicios a esta sublime experiencia musical en cuerpo, mente y alma, la recompensa será inestimable.