Por Fernando Suarez.
-Autopsy “Macabre eternal” (2011)
Oh sí, “The tomb within” (el ep que habían editado el año pasado) ya nos había dejado cebados y con ganas de más y aquí está, finalmente, a dieciséis años del lanzamiento del injustamente vapuleado “Shitfun” (un disco que puede ser mejor entendido como puente entre aquellos últimos días de Autopsy y los primeros de Abscess), el nuevo larga duración de los maestros absolutos del Death Metal más enfermizo, crudo, mugroso y perturbador que oídos humanos jamás hayan escuchado. No hay forma en el universo de que esto falle y no lo hace. Ok, algunos dirán que Chris Reifert y los suyos sólo están revisitando lo que ya hicieron hace más de veinte años (en especial el estilo de aquel glorioso “Severed survival” de 1989) con el agregado de un sonido más claro y una producción más cuidada pero, ¿qué carajo esperaban? ¿Un disco de Death técnico? ¿Baterías con clicks a toda velocidad y montones de notas apiladas sin sentido? ¿Breakdowns, armonías a la At The Gates y estribillos Poperos? Esto es Autopsy y no hay ninguna necesidad de alterar la naturaleza de una bestia que aún es capaz de devorarse a generaciones enteras de melenudos con caras de malos. Sí, aquí están esos riffs que desgarran la carne como motosierras oxidadas, esos ritmos cavernícolas que van de la acelerada Slayeriana a los rebajes más babosos y asfixiantes, esos medios tiempos que obligan a marchar como zombies hambrientos, esos solos desquiciados y siempre al borde de la desafinación, esos alaridos putrefactos y pedregosos, y esos irresistibles climas de absoluta demencia lisérgica que se sienten como una espesa sustancia viscosa que dificulta la respiración. Por supuesto, el estilo de Autopsy nunca estuvo del lado más técnico y elaborado del Death, sus canciones van al grano con visceral urgencia, pegan donde más duele y se adhieren a la memoria como sanguijuelas pero, aún así, detrás de esa sencillez siempre se esconde un desarrollado y sádico instinto musical, una asombrosa capacidad para encontrar las notas exactas que provoquen mayor daño en la mente con una naturalidad y una soltura pasmosas. De todas formas, en esta época de revival Deathmetalero de la vieja escuela, estos veteranos se guardan algunos ases bajo la manga, animándose a meter arreglos con guitarras acústicas, algunas estructuras un tanto más enroscadas y hasta un tema como “Sadistic gratification”, con sus once minutos y monedas de sinuoso recorrido casi Progresivo, al menos para los parámetros de Autopsy. En fin, a esta altura no debería tener que explicar lo imprescindible que Autopsy fue, es y será para el Death Metal ni el enorme poderío que sus canciones desparraman. Lo único que voy a decir es que este flamante “Macabre eternal” se sube al podio y mantiene vivo y con dignidad el legado de estas auténticas leyendas vivientes del género. Y eso sólo ya es motivo suficiente para festejar como condenados.
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