Por Fernando Suarez.
-Anchor “Recovery” (2011)
Con sólo cuatro años de existencia, un larga duración (“The quiet dance”, de 2008) y algunos ep’s y compilados, estos suecos se vienen perfilando como una de las propuestas más interesantes e intensas del Hardcore actual. “Recovery” los encuentra furiosos y pasionales como siempre y con la creatividad en un estado de ardiente maduración. El sonido de Anchor se caracteriza por tener sus cimientos en los noventas pero, al mismo tiempo, utiliza sus influencias no como mero ejercicio de nostalgia, sino como punto de partida para desplegar una identidad musical marcada y vibrante. Así, podemos encontrarnos con un filo metálico afín a grupos como Earth Crisis, Strain o Downcast, la inventiva y la profundidad intelectual y emocional de otros como Snapcase, Unbroken, Outspoken o sus compatriotas Abhinanda y Refused, y una impronta contemporánea que los puede acercar a nombres como Verse (cuyo vocalista, Sean Murphy, aparece aquí como invitado, poniendo sus alaridos en “No love”), Have Heart o Killing The Dream. Por supuesto, todas esas no son más que referencias para que se hagan una idea. Si algo innegable hay a lo largo de estas once canciones es que el quinteto maneja pautas personales, jugando con ritmos y dinámicas variadas (aceleradas, rebajes grooveros, pasajes de extrema tensión), poniendo al frente el trabajo de dos guitarras afiladísimas y creativas, que van desde portentosos machaques a punzantes disonancias y acoples, pasando por extrañas armonías, arreglos melódicos y una colección de riffs que no paran ni por un segundo de patear culos, y coronando todo eso con la entrega furibunda y adrenalínica de un vocalista que, a pesar de todo, maneja con suma inteligencia las limitaciones típicas del género. Los músicos suenan ajustadísimos e imaginativos pero nunca acartonados, poniendo siempre al frente la intensidad, la liberadora descarga de energía. Es que aquí la cosa no pasa por jugar a ver quién es más rudo, sino por expresar, de forma urgente y visceral, todo el fuego que arde en las entrañas. Como nota al margen, cabe mencionar que el sello Vegan Records se ha encargado de la edición en nuestro país de este álbum, con resultados excepcionales, un cuidadísimo arte de tapa y un booklet rellenito, con fotos y todas las letras en inglés y en castellano. En fin, un paquete completo que ningún amante del buen Hardcore que se precie de tal debería dejar pasar.
-Anchor “Recovery” (2011)
Con sólo cuatro años de existencia, un larga duración (“The quiet dance”, de 2008) y algunos ep’s y compilados, estos suecos se vienen perfilando como una de las propuestas más interesantes e intensas del Hardcore actual. “Recovery” los encuentra furiosos y pasionales como siempre y con la creatividad en un estado de ardiente maduración. El sonido de Anchor se caracteriza por tener sus cimientos en los noventas pero, al mismo tiempo, utiliza sus influencias no como mero ejercicio de nostalgia, sino como punto de partida para desplegar una identidad musical marcada y vibrante. Así, podemos encontrarnos con un filo metálico afín a grupos como Earth Crisis, Strain o Downcast, la inventiva y la profundidad intelectual y emocional de otros como Snapcase, Unbroken, Outspoken o sus compatriotas Abhinanda y Refused, y una impronta contemporánea que los puede acercar a nombres como Verse (cuyo vocalista, Sean Murphy, aparece aquí como invitado, poniendo sus alaridos en “No love”), Have Heart o Killing The Dream. Por supuesto, todas esas no son más que referencias para que se hagan una idea. Si algo innegable hay a lo largo de estas once canciones es que el quinteto maneja pautas personales, jugando con ritmos y dinámicas variadas (aceleradas, rebajes grooveros, pasajes de extrema tensión), poniendo al frente el trabajo de dos guitarras afiladísimas y creativas, que van desde portentosos machaques a punzantes disonancias y acoples, pasando por extrañas armonías, arreglos melódicos y una colección de riffs que no paran ni por un segundo de patear culos, y coronando todo eso con la entrega furibunda y adrenalínica de un vocalista que, a pesar de todo, maneja con suma inteligencia las limitaciones típicas del género. Los músicos suenan ajustadísimos e imaginativos pero nunca acartonados, poniendo siempre al frente la intensidad, la liberadora descarga de energía. Es que aquí la cosa no pasa por jugar a ver quién es más rudo, sino por expresar, de forma urgente y visceral, todo el fuego que arde en las entrañas. Como nota al margen, cabe mencionar que el sello Vegan Records se ha encargado de la edición en nuestro país de este álbum, con resultados excepcionales, un cuidadísimo arte de tapa y un booklet rellenito, con fotos y todas las letras en inglés y en castellano. En fin, un paquete completo que ningún amante del buen Hardcore que se precie de tal debería dejar pasar.