Por Fernando Suarez.
-Urge Overkill “Rock & Roll submarine” (2011)
A dieciséis años de la edición de “Exit the dragon”, los tipos más glamorosos del Rock de los noventas vuelven al ruedo sin el baterista Blackie "Black Ceaser" Onassis (cuyos problemas de drogas fueron el motivo principal de la disolución en su momento) pero con, como el título de esta flamante placa indica, el Rock N’ Roll intacto. Por supuesto, en esta época de regresos noventosos nadie debería sorprenderse pero, aún así, es importante notar que Urge Overkill nunca fue una banda típica para aquellos tiempos. Sus raíces Punks estaban evidenciadas en sus primeros trabajos para Touch & Go (algunos producidos por el mismo Steve Albini quien, por cierto, no guarda recuerdos demasiado gratos de dichas sesiones) y siempre mantuvieron cierto dejo irónico acorde a su generación pero su elegante rescate del Rock más arquetípico, bluesero, amable y ampuloso, y su estética rimbombante y llamativa no calzaban del todo con la mugre despojada del Grunge y corrientes musicales similares. En fin, lo que aquí tenemos son doce nuevas canciones que nos hacen creer que el tiempo nunca pasó, con un sonido que rescata algo de la crudeza de su material previo a “Saturation” (el disco con el que debutaron en una multinacional en 1993) pero aplicado al gran cuidado melódico y la sensual fluidez que adquirieran con los años. Un punto bastante notable es que, por fin, parecen haber abrazado sus influencias (Rolling Stones, Cheap Trick, Kiss) con absoluta honestidad, dejando de lado la distancia irónica y, simplemente, concentrándose en entregar las mejores canciones posibles, sin por ello resignar el dejo de empuje Punk que los separa del mero revival sin sustancia. Y lo cierto es que, a nivel compositivo e interpretativo, se los nota afiladísimos, con las guitarras escupiendo esos riffs sencillos y levemente rasposos o desgranando preciosos rasgueos acústicos, la base rítmica manteniendo un swing siempre contagioso y las voces dibujando melodías tremendamente gancheras, que hacen constante equilibrio entre emotividad y diversión sonando honestas en ambas variantes. Las canciones mismas cierran perfectamente, irreprochablemente balanceadas y arregladas con admirable frescura y el grado necesario de vuelo creativo. En fin, noventas o no, lo que Urge Overkill ofrece es un delicioso bocado de Rock N’ Roll con corazón melódico y sin demasiadas pretensiones. Sería una pena no disfrutarlo como es debido.
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