Por Fernando Suarez.
-No Anchor “Real pain supernova” (2011)
Como para seguir desafiando expectativas y lugares comunes, la gente de Grindcore Karaoke nos trae (de forma gratuita, como siempre) este tercer disco de estudio de No Anchor, un grupo australiano que poco y nada tiene que ver con el Grindcore, el Powerviolence, el Cyber-Grind o el vértigo en general. Yendo hacia la otra escala del espectro extremo, aquí tenemos un trío de batería, voces y dos bajos, sin guitarras, que despliega su ruido a paso de elefante moribundo, con riffs graves y profundos, ritmos monolíticos y aplastantes, y toda esa impronta revulsiva y áspera que grandes nombres como Melvins, Godheadsilo o Boris tan bien nos han enseñado. Ojo, sin ser un dechado de originalidad, no se trata tampoco de un ejercicio tradicional en el campo del Drone/Sludge y aledaños. Es que, debajo de la densidad Sabbáthica, se respiran fuertes aires de Noise-Rock y cierta crudeza Punk/Grunge (las remeras de Nirvana que sus integrantes portan en algunas fotos no son gratuitas) que le aporta una frescura y una inmediatez nada despreciable al material. Las voces, por ejemplo, tienen sus esperables momentos gritones pero no desestiman por ello inflexiones un tanto más humanas, por así llamarlas, lejos de cualquier tipo de exageración épica y hasta animándose con melodías que no desentonarían en los pasajes más intensos de una banda como Fugazi. Los bajos también ponen su importante grano de arena, alternando riffs macabros con catárticas explosiones de ruido, acoples, arreglos disonantes y feedback que no siempre van hacia los graves, ampliando así una paleta sónica que, en primera instancia, podría parecer demasiado limitada. El sonido y las canciones mismas apuntan a una mugrienta naturalidad, sin por ello perder claridad o potencia y transmitiendo la fuerte sensación de estar en un sótano junto a los músicos mientras estos se deshacen en espasmos eléctricos. Si piensan en algo así como una versión Punk, nerd y ruidosa de Sleep, o unos Om despojados de solemnidad espiritual y entregados a una rabiosa autoflagelación, o inclusive unos Melvins amigados con el recuerdo de un joven Kurt Cobain, no estarán tan lejos de lo expuesto en este “Real pain supernova”. Y eso, en última instancia, nos habla de la innegable personalidad musical de No Anchor.
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