Por Fernando Suarez.
-Kusari Gama Kill “Control” (2011)
¿Están listos para abrirse los cráneos con tenazas oxidadas, exprimir sus cerebros con sus propias manos y beberse el juguito que de él se desprenda? ¿Se sienten valientes, aventureros y psicóticos? ¿Andan con ganas de jugar al tiro al blanco con alfileres y sus propios tímpanos? Para los que pensábamos que el “Altered States of America” de Agoraphobic Nosebleed (justamente, J. Randall edita este trabajo en su sello Grindcore Karaoke) era el sumum de extremismo y demencia, el punto más álgido donde el Grindcore, el Noise y las más sádicas elucubraciones electrónicas se daban la mano para destruir la música tal y cómo la conocíamos, Kusari Gama Kill nos ofrece una nueva perspectiva, al tiempo que se dedica, sistemáticamente, a taladrarnos las neuronas con martillos hidráulicos. Esta es la criatura ideada por dos dinamarqueses que, munidos de diversos aparatos de destrucción masiva e inspirados en los aspectos más revulsivos de los géneros (anti)musicales más extremos, ríen histéricamente mientras diseñan diversas formas de tortura auditiva en ocultos laboratorios sónicos. Con diecisiete vómitos sonoros apiñados en trece minutos, el dúo se las arregla para generar chispazos y cortocircuitos en nuestras conexiones sinápticas, a base de blast-beats cibernéticos cubiertos de mugrientas costras de ruido digital y adornados por gruñidos bestiales y un sinfín de infecciones sonoras que hacen que el trabajo de gente como Anal Cunt, Merzbow y Venetian Snares parezca amable en comparación. Claro, ya llevan cinco años esparciendo su enfermedad y, entre sus logros más destacados, se cuenta aquel tremendo “Dead animal noise party” de 2007, donde se despacharon con noventa y nueve temas capaces de testear la resistencia de los oídos más curtidos. “Control” no muestra signos de debilitamiento en su propuesta, por el contrario, parecen motivados a llevar su cruel y febril imaginación a terrenos cada vez más abrasivos, esquizofrénicos y enervantes. Vamos a ponerlo en claro, esto es material extremo. Pero extremo en serio, esto hace que géneros como el Death o el Black Metal (e inclusive el Grindcore en sus formas más arquetípicas) suenen a poco más que un chiste. Y, al mismo tiempo, es imposible no notar que, debajo de la constante agresión y la saña homicida con que encaran sus composiciones, hay una profunda y perversa creatividad musical puesta al servicio de las sensaciones más desagradables. Si se sienten corajudos, pueden visitar www.grindcorekaraoke.com (la página web del sello discográfico) y descargar, de forma gratuita, este trabajo y el previo “Chaos surge”, editado originalmente en 2010. Yo que ustedes no me lo perdería.
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