Por Fernando Suarez.
-Integrity “Thee destroyORR” (2011)
Desde el año pasado hasta ahora, Integrity ha editado un larga duración (el genial “The blackest curse”), cuatro ep’s, un par de splits y hasta algún que otro compilado. Y, encima, ahora nos tiran por la cabeza un nuevo álbum. Se ve que Dwid Hellion no está dispuesto a perder el tiempo y los amantes del Hardcore más metálico, oscuro y rabioso estamos de parabienes. “The destroyORR” nos presenta ocho nuevas composiciones, sumadas a cuatro ya aparecidas en algunos de aquellos ep’s, splits y compilados, y una extensa (y, por momentos, reveladora) entrevista con el mismo Hellion y Robert Orr, su actual mano derecha en el grupo. Hasta ahí los datos, el resto, como podrán imaginar, es otro despliegue de visiones apocalípticas montadas sobre furibundos riffs y descriptas por el inoxidable y ominoso rugido del buen Dwid. De cierta forma, si “The blackest curse” podía asociarse a un trabajo como “Seasons in the size of days” (1997), rescatando la impronta más contundente y agresiva de Integrity, la placa que hoy nos ocupa bien puede emparentarse con trabajos un tanto más experimentales como “Integrity2000” o “Closure”, donde la marca registrada de Slayer-core de la banda se funde sin disimulos con abstractas excursiones ambientales/industriales e inclusive una cierta soltura y sensibilidad melódica de tintes Punks que delatan el amor que esta gente profesa por un grupo como Samhain. O sea, se trata de un material bastante variado que, aún así, mantiene a rajatabla la impronta esotérica, misteriosa, ennegrecida e iracunda que los caracteriza. Tenemos los temas veloces de siempre, también los experimentos climáticos, los medios tiempos machacantes, las opresivas e hipnóticas letanías a paso de tortuga gigante que aplasta edificios, el sutil empleo de samples, los fantasmales remansos acústicos, algunas melodías de sabor épico y ese cuidadoso trabajo de producción y texturas que dispara perturbadores estímulos casi subliminales sobre nuestras mentes. En fin, Integrity es un grupo con sonido propio y distintivo (y muy imitado últimamente, vale mencionar) y, aún respetando eso, se las arreglan para seguir explorando terrenos musicales poco convencionales y pletóricos de inventiva e intensidad. “The destroyORR”, entonces, tal vez sea un trabajo de más difícil digestión pero sigue siendo cien por ciento Integrity. Y eso debería ser suficiente para darle una oportunidad.
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