Por Fernando Suarez.
-Ash Borer “Ash borer” (2011)
Lo único que sé sobre Ash Borer es que son californianos y que uno de sus integrantes (N, encargado de los sintetizadores) es la mente maestra detrás de los Drone/Black/Psicodélicos Servile Sect. Los restantes integrantes (batería, guitarra, voz y guitarra, sin bajista a la vista) también emplean sólo una inicial como nombre y, como buenos Blackmetaleros que son, están sumidos en un espeso misterio. Lo que sí sabemos es que este debut homónimo (precedido por varios demos, ep’s y splits) cuenta con tres extensos temas que van de los ocho a los casi veinte minutos de duración cada uno, y que en ellos conviven de forma sólida y efectiva las más vertiginosas e hipnóticas cabalgatas rifferas de clásicos como DarkThrone (a grandes rasgos, de 1992 a 1996), Weakling o Burzum con las corrientes más modernas que suman importantes cuotas de Post-Rock y Shoegaze a su áspera oscuridad musical. A pesar de que rítmicamente prima la velocidad y de que las guitarras están bien al frente con su chillona distorsión reverberante, se trata de material de claras intenciones ambientales, concebido con un detallismo compositivo que bordea lo sinfónico pero plantado firmemente en los sonidos más crudos que Noruega nos ha legado. En ese sentido, Ash Borer bien puede servir como puente entre las propuestas más tradicionales del Black y exponentes contemporáneos como Wolves In The Throne Room, Caïna o Alcest, compartiendo con estos últimos las intrincadas idas y venidas estructurales, las monumentales murallas de distorsión y cierta sensibilidad melódica que traslada la necesaria oscuridad del género a terrenos un tanto más emocionales. Lo cierto es que el cuarteto logra una síntesis casi perfecta de ambas vertientes, manejando con total maestría elementos que podrían parecer dispares pero que demuestran tener más en común de lo que el prejuicio indicaría. Digamos que si alguna vez pensaron que una versión Blackmetalera de Godspeed You Black Emperor! sería un auténtico pastiche sin sentido, el colosal “My curse was raised in the darkness against a doomsday Silence” que cierra esta placa demuestra que estaban equivocados. Y sí, los nerds terminan haciendo mejor Black Metal que los carapintadas, qué se le va a hacer.
1 invocaciones del cosmos:
"Black Metal Californiano". Vaya despropósito!.
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