Por Fernando Suarez.
-Anna Waronker “California fade” (2011)
Tras varios años de demora, finalmente Anna Waronker (ex líder de That Dog, integrante de los Imperial Teens de Roddy Bottum y de Ze Malibu Kids, grupo que comparte con su esposo, Steven McDonald de Redd Kross, y otros miembros de la familia McDonald, que nada tienen que ver con Ronald) lanza su segundo disco como solista y los amantes de las bellas canciones estamos de parabienes. En rigor, habría que mencionar que el genial “Retreat from the sun”, lanzado en 1997 como última placa de That Dog, fue pensado inicialmente como el debut solista de Waronker, con lo cual “California fade” sería el tercero y “Anna” (2002) el segundo. Pero, en definitiva, todo eso es pura palabrería y datos que no dicen nada. Para aquellos que alguna vez vibraron (me anoto) con el Power-Pop que esta californiana supo entregar a lo largo de su carrera, tal vez resulte sorprendente el hecho de que el disco que nos ocupa cuenta con aires más bien reposados, dejando un tanto de lado las guitarras distorsionadas y el empuje rítmico casi Punk en pos de un Pop más refinado, con mayor amplitud tímbrica y concentrado, principalmente, en sensaciones de tono casi melancólico. No teman, no se trata de lánguidas baladas ni lamentos abúlicos de esos a los que el público Indie más snob tanto suelen agradar. Todavía hay lugar para esas melodías soleadas que levantan el ánimo en cualquier situación y para esos ritmos que obligan a mover la patita, es sólo que Anna ha bajado un tanto los decibeles, le ha dado mayor protagonismo a pianos y guitarras acústicas y, principalmente, parece haber aplicado la experiencia ganada en sus trabajos para películas y series de televisión a su siempre sensible y colorida visión del Pop. O sea, en esencia seguimos hablando del mismo tipo de canción melódica de siempre (ya saben, ese que nunca envejece) pero encarado con una notable madurez musical y emocional, sin la pulsión de esconder su artesanal detallismo bajo murallas de distorsión (y que conste que yo no tengo nada en contra de eso), exponiendo una dulzura vulnerable y adulta al mismo tiempo, y permitiéndose una riqueza musical enorme a la hora de concebir arreglos y embellecimientos varios. No hay necesidad de darle más vueltas, todavía hay lugar para algo de belleza en este mundo podrido y “California fade” es excelente prueba de ello.
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