Por Fernando Suarez.
-Music For Money “Flying birds” (2011)
Bueno, el camino fácil sería comenzar este comentario haciendo referencia al hecho simpático de que, con semejante nombre, este grupo canadiense entregue de forma gratuita las versiones digitales de sus discos (al que nos ocupa, sumen el anterior “X” de 2009. Ambos pueden descargarse en www.musicformoney.bandcamp.com), pero hasta ahí es donde llega lo fácil con esta gente. Es que no hay forma de colocar lo expuesto en estos trece temas en una categoría específica y definida. Ellos lo describen como “una banda de sonido instrumental para escapar de la realidad”, y eso puede apuntarnos a cierta dirección pero aún así no es suficiente. Podríamos hablar de Post-Rock, si tomáramos esa categoría por el lado más experimental de Tortoise, Lateduster, Bark Psychosis o Grails, aunque el poder de síntesis de las composiciones exhibe un claro corazón Pop que no se condice con dicha definición. Podríamos trazar algún que otro paralelo con experimentadores entre el Indie-Rock, la Psicodelia y la Electrónica, como Fog, The Flaming Lips, The Folk Implosion o Dosh, pero revestidos de una profunda melancolía y un detallismo armónico de tintes casi sinfónicos. Podríamos irnos atrás en el tiempo y pensar en viejos dementes como Robert Wyatt (ya sea como solista o en sus años en The Soft Machine y Matching Mole) o Daevid Allen, y luego traerlos a la actualidad a través de una clara identificación con el nerdismo Electrónico de gente como Autechre o Aphex Twin. En última instancia, tantas vueltas no hacen más que indicar que estamos en presencia de material sumamente personal, que sigue sus propias reglas antes que intentar emular las de otros. Y aún con esa innegable libertad creativa de la que hacen gala, en ningún momento pierden el hilo argumental de las canciones, cargándolas de infinidad de arreglos y variantes sonoras (insisto con el tono de complejidad sinfónica que se respira a lo largo de toda la placa) y rítmicas pero manteniendo en todo momento una fuerte coherencia melódica que apuntala una sensibilidad entre oscura y reflexiva que va más allá de la mera abstracción. Seguramente, esto es a lo que cierta gente se refiere cuando habla de “buena música”. Especialmente recomendado para paladares refinados.
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