Review: Memory Map "Holiday band" (2011)

Por Fernando Suarez.

-Memory Map “Holiday band” (2011)
Constituida por integrantes de diversas bandas de su Bloomington natal y con una formación poco convencional (tres guitarras y una batería), Memory Map nos entrega este álbum debut, editado por ellos mismos, y cargado de una frescura envidiable y contagiosa. El estilo practicado por el cuarteto tiene como principales puntos de referencias al Post-Hardcore más juguetón, melódico e intrincado (The Dismemberment Plan, Q And Not U y Modest Mouse pueden servir como guía) y el Math-Rock más cancionero de los noventas. Pero, claro, eso es sólo una aproximación. El resultado final es tan personal y excitante que no queda más que darles la derecha mientras nos sacudimos alegremente con cada una de estas efervescentes once canciones. Por un lado, tenemos un trabajo rítmico que conjuga con absoluta maestría y naturalidad un swing casi bailable y una profunda complejidad de tintes casi Jazzeros. Luego, tenemos una voz (la de Michael Dixon, también encargado de una de las guitarras) melódica, traviesa, capaz de pasar sin problemas de sensible emotividad a modismos histriónicos de clara extracción Pixiera, siempre con gran sentido de la ubicación y enroscándose suavemente entre los retorcidos vericuetos instrumentales. Y, como broche de oro y principales protagonistas, tenemos esas tres guitarras (una de ellas procesada a través de efectos varios para rellenar las frecuencias graves cuando es necesario) que se trenzan en coloridas batallas de riffs angulares, contrapuntos, arreglos, melodías, punteos, arpegios y demás recursos, generando entramados que resultan espesos y orgánicos al mismo tiempo, respetando siempre el hilo melódico de las canciones y manteniendo un sutil y despreocupado equilibrio entre los enredos matemáticos y la sencilla insolencia Pop que se respira a lo largo de los casi veintinueve minutos que dura la placa. O sea, lo que aquí tenemos son canciones redondas, donde el gancho, la inteligencia, la emotividad, la diversión, la profundidad y la musicalidad conviven en equilibrio casi perfecto. No veo qué más se le puede pedir a la existencia.