Por Fernando Suarez.
-Despise You & Agoraphobic Nosebleed “And on and on...” (2011)
Siguiendo con la línea de splits con bandas Powerviolence (ya tuvimos a Crom, The Endless Blockade y Apartment 213), esta vez Agoraphobic Nosebleed une fuerzas con Despise You, una de las bandas clásicas del estilo que volvió a la vida hace unos pocos años contando con la inestimable presencia del gran Chris Dodge (ex miembro de Stikky, Spazz y Ancient Chinese Secret, entre otros, y fundador del legendario sello Slap-A-Ham, algo así como la meca del Powerviolence) y su inagotable máquina de tirar pedos de cuatro cuerdas. Bien, para comenzar tenemos los dieciocho temas de Despise You, una patada tras otra de Poderviolencia sin adulterar, con esos ritmos vertiginosos y caóticos, esos riffs que serruchan la carne parados entre el Thrash más primitivo y el Hardcore más extremo, esos gruñidos (se alternan voces masculinas y femeninas, lo que le da un toque bastante particular a la cosa) crudos y cargados de odio, esos estallidos de rabia desatada que, en rara ocasión, llegan al minuto de duración, y hasta los necesarios rebajes babosos que se arriman al Sludge más opresivo y violento. No sorprende para nada la excitación y el dinamismo que transmiten estas composiciones (lo que les pueda faltar en inventiva lo suplen con una energía y una frescura sencillamente irresistibles), pero es de destacar el sonido que lograron estos tipos aquí, con las guitarras y el bajo generando auténticas murallas de grave distorsión diseñadas especialmente para hacer hervir la sangre. Todavía transpirados y mareados, llegamos a la mitad del disco correspondiente a Scott Hull y sus muchachos (y una muchacha, la preciosa Kat) y, como corresponde, la máquina más bestial del Metal extremo no defrauda. Son sólo siete temas pero eso es suficiente para seguir adorándolos incondicionalmente. En líneas generales, Agoraphobic mantiene esa impronta Crossover/Thrash que inauguraran en “Agorapocalypse” (2009), con un sonido de batería programada más humana y fluida, mayor variedad en las voces, un descenso en la demencia electrónica (la única contra que se le puede endilgar a esta nueva etapa) y esos riffs geniales a los que buen Scott nos tiene acostumbrados. De hecho, arrancan con “Half dead” que, en poco más de cuatro minutos (y, en este contexto, eso es casi Rock Progresivo) expone algo así como la visión Agoraphobic Nosebleed del Doom. Luego vienen los esperados estallidos de velocidad, balanceando la locura Grindcorera de siempre con los mencionados modismos del Thrash ochentoso, y, para el final, tenemos otra densa letanía en la forma de “Burlap sack”, con Hull sacándole chispas a su guitarra y haciendo que contemple la idea de cortarme los dedos de una vez y para siempre. Si andaban con ganas de descargar violencia, no busquen más, aquí está lo que necesitan.
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