Por Fernando Suarez.
-Dead Flesh Fashion “Thorns” (2011)
Son cinco, son alemanes, son barbudos. Debutaron en 2008 con un álbum bastante interesante (“Anchors”) al cual la definición (empleada por la banda misma) de Chaotic Doomnoise no le queda nada mal. Lo mismo cabe decir de esta secuela. El estilo practicado por Dead Flesh Fashion se inscribe claramente en las filas del Metal extremo contemporáneo pero evita, de cierta forma, caer en una categoría demasiado rígida o específica. Tenemos riffs disonantes y ritmos trabados que remiten al Mathcore más groovero de Botch o Knut, tenemos un bajo que gruñe y hace retumbar las paredes, tenemos manejos dinámicos y envolventes cascadas de monolítica distorsión de clara extracción Neurosiesca, tenemos embarrados machaques y enrosques casi Psicodélicos que no desentonarían en bandas como Kylesa o el primer Mastodon, tenemos un rugido entre violento y agónico que hace las veces de voz, tenemos variedad rítmica y estructuras movedizas sin llegar a ser del todo caóticas, tenemos músicos ajustadísimos y con buenas ideas (mención especial para las guitarras y la batería), tenemos un sonido de excelente factura que permite apreciar cada mínimo detalle al tiempo que se siente como una patada en el pecho, y tenemos, claro, nueve canciones potentes, imperativas y bien construidas. Ok, no es lo más original del mundo y dudo mucho que alguien encuentre nuevos amaneceres musicales aquí pero, al menos, hay que concederles el beneficio de las cosas bien hechas. En poco más de treinta y cinco minutos, el quinteto se las arregla para proponer un viaje tan envolvente como rabioso, con composiciones que exhiben un buen balance entre complejidades nerds y energía visceral. En fin, se trata de esos trabajos medidos, a los que cuesta encontrarles grandes defectos o virtudes deslumbrantes. De todas formas, para despuntar el vicio y hacer algo de air guitar no está nada mal.
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