Por Fernando Suarez.
-Dain Bramage “I scream not coming down” (1986)
Ok, todos sabemos que Dave Grohl es el líder (desde hace más de quince años) de Foo Fighters. También estamos al tanto de su pasado en Nirvana, por supuesto, y de sus aventuras paralelas en Probot, Queens Of The Stone Age, Killing Joke (con quienes grabó el disco homónimo de 2003) y Them Crooked Vultures. Muchos, inclusive, han llegado a rastrear su pasado en Scream (una de las bandas pilares del Punk Washingtoniano de los ochentas) y su breve incursión solista bajo el nombre de Late!, que anticipara bastante de lo que el narigón haría en los Foo. No falta quien está al tanto de que su primera banda se llamaba Mission Impossible y formaba parte de la segunda generación de Hardcore/Punk de Washington DC, acercándose a lo que se conoció como Revolution Summer y compartiendo un split (“Getting shit for growing up”, editado en 1985) con Lunch Meat, la banda que luego renacería como Soul Side y representaría uno de los pilares fundamentales de dicho movimiento. Todas estas vueltas para llegar a Dain Bramage, un trío de corta vida (1985 a 1987) que Grohl compartió con el bajista David Smith (ex compañero en Mission Impossible) y el vocalista/guitarrista Reuben Radding, y que dejó este efervescente “I scream not coming down” como único registro de su existencia. Lo que aquí encontramos son diez canciones de raíz Punk pero con el foco puesto claramente en la melodía, entregadas con todo el garbo y la espontaneidad necesarias pero, al mismo tiempo, provistas de una madurez emocional y una elaboración musical que los acercaba aún más a bandas emblema del mencionado Revolution Summer como Rites Of Spring, Beefeater (en especial cuando se acercaban a ritmos de sabor Funk), Three o Gray Matter. Al mismo tiempo, si recordamos que Grohl invitó a Bob Mould a participar en el más reciente disco de Foo Fgihters (“Wasting light”), no resulta tan extraño descubrir la fuerte influencia de Hüsker Dü que se respira aquí. A lo expuesto, sumen algún guiño al Mission Of Burma más accesible y cancionero y podrán hacerse una buena idea de lo que van a encontrar aquí. En última instancia, más allá de la arqueología en el pasado de músicos famosos, la propuesta de Dain Bramage se sostiene por la innegable calidad de sus canciones, por la energía que transmiten y el gran nivel melódico que manejan. Y, el hecho de que, a tantos años de su edición original, todavía mantengan intacta su frescura y su habilidad para conmover es prueba de que esto vale la pena por sí mismo más que por sus asociaciones.
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