Por Fernando Suarez.
-Boxcutter “The dissolve” (2011)
Barry Lynn (el hombre detrás del seudónimo Boxcutter) suele ser reverenciado, en los círculos más selectos de la Música Electrónica, como uno de los artistas más prominentes del Dubstep, algo curioso ya que, si bien sus raíces pueden rastrearse en dicho género, este norirlandés nunca pareció conforme con estar confinado a limitaciones estilísticas de ningún tipo. “The dissolve” (cuarto álbum bajo el nombre Boxcutter) demuestra precisamente eso, al tiempo que nos envuelve en sinuosas brumas de abstracción noctámbula. Ok, aquí tenemos algunos de esos beats aletargados y esos graves casi subliminales del Dubstep pero la impronta general del disco es más bien distendida, melódica y colorida, y jamás se queda parada en un género específico. Por momentos aparecen modismos Jazzeros que lo acercan a una especie de Squarepusher en cámara lenta, en otros invita a mover el esqueleto con descarados desparramos de Funk fluorescente y sintético, luego pueden aparecer algunos teclados de tono espacial y hasta melodías y texturas de guitarras (el mismo Lynn se admite influenciado por el Shoegaze de principios de los noventas) que nos sumergen en las más negras profundidades cósmicas, más adelante se repliega en melancólicas letanías de sabor Soulero, arregladas y orquestadas con un grado de sutileza y un buen gusto envidiables. Y así podríamos seguir por horas, tratando de diseccionar cada mínimo detalle musical de estos casi cincuenta minutos plagados de detalles musicales. Un punto interesante a remarcar es que, a pesar de la complejidad armónica y tímbrica que exhiben las composiciones, estas nunca pierden de vista el gancho y la fluidez, utilizando ese mencionado eclecticismo como una herramienta antes que como un fin en sí mismo. En términos de géneros electrónicos, podríamos colocar este material en la bolsa de la IDM (en especial en lo que hace a melodías y entramados de arreglos), aunque encarada con una calidez y una desnudez emotiva poco habitual en esos terrenos musicales tan nerds. En fin, “The dissolve” es un trabajo tan apto para aquellos que quieran distenderse en una (no muy agresiva) pista de baile como para los que prefieran embeberse de música en la soledad del hogar y munidos de buenos auriculares.
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