Review: Bohren & Der Club Of Gore “Beileid” (2011)

Por Fernando Suarez.

-Bohren & Der Club Of Gore “Beileid” (2011)
Bohren & Der Club Of Gore es un grupo que, desde sus inicios (allá por 1992), planteó una propuesta tan personal y única, que uno ya sabe qué esperar de cada nuevo trabajo que editen. Es que su “profana mezcla de lentas baladas de Jazz, Doom BlackSabbathero y sonidos de autopsia afinados grave” (según sus propias palabras. Otros lo llaman, simplemente, Dark Ambient/Jazz) no admite demasiadas variantes. Lo cual, en definitiva, no es algo necesariamente malo. Hacer música original tiene su precio y, ciertamente, no son muchos los artistas que logran invocar semejantes climas de oscuridad y reflexiva melancolía con estos elementos musicales. “Beileid” (sucesor del aclamado “Dolores”, editado en 2008 por Ipecac Records, el sello de Mike Patton, quien aquí colabora poniendo su inconfundible voz en el cover de Warlock “Catch my heart”) es algo así como un ep, con sólo tres temas redondeando unos treinta y cinco minutos de duración, y en él tenemos todo lo que cabe esperar de estos sombríos alemanes. Ritmos tenues, casi fantasmales, melodías sensuales y lúgubres al mismo tiempo, arreglos sutiles y esporádicos manejados con la precisión y la paciencia de un monje Shaolin, teclados antiguos que pintan paisajes brumosos, un saxofón elegante que se deshace en líneas tan introspectivas como venenosas, y toda esa impronta noctámbula de descarnada penumbra que, no obstante, descansa siempre sobre emociones sumamente humanas. Las canciones fluyen con su típico andar agónico y su pesada carga melódica, evocando visiones de soledad y nocturna urbanidad, los instrumentos van armando (lentamente, reptando como serpientes) densas arquitecturas armónicas que, a pesar de su velocidad casi estática, siempre logran retener cierto sentido del gancho y la intensidad. Ok, estamos hablando de una banda extraña pero que encara su material con seriedad y objetivos claros, sin irse nunca por las ramas y con el foco puesto en las emociones que generan sus composiciones antes que en las exhibiciones de destreza interpretativa. Los fans ya sabrán de qué estoy hablando y, para los no iniciados, puede ser un buen punto de partida, teniendo en cuenta la breve duración en comparación con sus otras obras. Especialmente recomendado para oídos refinados y espíritus sensibles.