Por Fernando Suarez.
-Separation “Separation” (1997)
La escena de Umeå (Suecia) de la década del noventa siempre ha sido objeto de reverencia dentro del mundillo del Hardcore, y no sin razón. Claro, el referente principal es Refused, tanto en lo que hace a suceso comercial (aunque póstumo) como a vuelo artístico, pero nombres como Abhinanda, Final Exit, Shield, Serene, Doughnuts, Purusam o Saidiwas (cada uno con su impronta y su forma particular de encarar el Hardcore) pusieron sus importantes granos de arena para construir tal prestigio. Entre ellos también se encontraba Separation, un trío que se consolidó tras el alejamiento del baterista Jonas de Abhinanda y que, con sólo dos trabajos discográficos (este álbum homónimo y un ep titulado “5th song” y editado en 1996), se las arregló para dejar un legado breve pero de todas formas atractivo. La influencia de los mencionados Refused es innegable aquí, en especial en el aspecto vocal, muy similar a los conocidos alaridos de Dennis Lyxzén, pero también en cierto espíritu inquieto, cierta pulsión por aportar una mirada personal al Hardcore sin dejar de respetar sus estamentos tradicionales. Los temas son breves, directos y rabiosos, los ritmos tienden a la velocidad pero aportan sus cambios y una dinámica rozando la histeria más caótica, y las guitarras se despachan con un trabajo de riffs excepcional, fundiendo la crudeza y la urgencia de la vieja escuela con disonancias, armonías y progresiones de mayor riqueza y elaboración musical. Y todo esto entregado con una pasión inquebrantable, sin ni un atisbo de esas poses berretas que, en ocasiones, transforman al género en un cliché insoportable. El truco está en retener la energía primigenia, la visceralidad original, sumarle ideas musicales que no tengan miedo a salirse del molde y poner todo el corazón, el cuerpo y la inteligencia en cada interpretación. Vamos, casi la misma fórmula que Refused llevaría a alturas insospechadas de creatividad en su clásico “The shape of Punk to come”, pero comprimida en canciones más sencillas, inmediatas y furiosas. De hecho, si imaginan una versión más austera y descarnada (sin los flirteos con otros géneros ni las grandes pretensiones pero con ese mismo aire de naturalidad y frescura expresado con una soltura pasmosa y una intensidad que se siente en los huesos) de aquel disco no estarán tan lejos de lo expuesto aquí. Y ni siquiera quiero señalar el asunto de las fechas de edición de ambos discos para no levantar suspicacias. En fin, más allá de las comparaciones, la música de “Separation” se sostiene por peso propio y resulta sumamente excitante aún hoy, a más de diez años de su edición. Y si eso no es prueba de que estamos hablando de material de alto nivel, no sé qué pueda serlo.
-Separation “Separation” (1997)
La escena de Umeå (Suecia) de la década del noventa siempre ha sido objeto de reverencia dentro del mundillo del Hardcore, y no sin razón. Claro, el referente principal es Refused, tanto en lo que hace a suceso comercial (aunque póstumo) como a vuelo artístico, pero nombres como Abhinanda, Final Exit, Shield, Serene, Doughnuts, Purusam o Saidiwas (cada uno con su impronta y su forma particular de encarar el Hardcore) pusieron sus importantes granos de arena para construir tal prestigio. Entre ellos también se encontraba Separation, un trío que se consolidó tras el alejamiento del baterista Jonas de Abhinanda y que, con sólo dos trabajos discográficos (este álbum homónimo y un ep titulado “5th song” y editado en 1996), se las arregló para dejar un legado breve pero de todas formas atractivo. La influencia de los mencionados Refused es innegable aquí, en especial en el aspecto vocal, muy similar a los conocidos alaridos de Dennis Lyxzén, pero también en cierto espíritu inquieto, cierta pulsión por aportar una mirada personal al Hardcore sin dejar de respetar sus estamentos tradicionales. Los temas son breves, directos y rabiosos, los ritmos tienden a la velocidad pero aportan sus cambios y una dinámica rozando la histeria más caótica, y las guitarras se despachan con un trabajo de riffs excepcional, fundiendo la crudeza y la urgencia de la vieja escuela con disonancias, armonías y progresiones de mayor riqueza y elaboración musical. Y todo esto entregado con una pasión inquebrantable, sin ni un atisbo de esas poses berretas que, en ocasiones, transforman al género en un cliché insoportable. El truco está en retener la energía primigenia, la visceralidad original, sumarle ideas musicales que no tengan miedo a salirse del molde y poner todo el corazón, el cuerpo y la inteligencia en cada interpretación. Vamos, casi la misma fórmula que Refused llevaría a alturas insospechadas de creatividad en su clásico “The shape of Punk to come”, pero comprimida en canciones más sencillas, inmediatas y furiosas. De hecho, si imaginan una versión más austera y descarnada (sin los flirteos con otros géneros ni las grandes pretensiones pero con ese mismo aire de naturalidad y frescura expresado con una soltura pasmosa y una intensidad que se siente en los huesos) de aquel disco no estarán tan lejos de lo expuesto aquí. Y ni siquiera quiero señalar el asunto de las fechas de edición de ambos discos para no levantar suspicacias. En fin, más allá de las comparaciones, la música de “Separation” se sostiene por peso propio y resulta sumamente excitante aún hoy, a más de diez años de su edición. Y si eso no es prueba de que estamos hablando de material de alto nivel, no sé qué pueda serlo.