Por Fernando Suarez.
-Stephen O’Malley & Atsuo “Uroborus circuit” (2011)
“Uroborus circuit” puede ser visto como una suerte de recorte minimalista de aquel “Altar” que concibieran Boris y Sunn 0))) en 2006, en especial si tenemos en cuenta que fue grabado originalmente durante las sesiones de dicho álbum. Esta vez, en vez de ambos grupos en todo su esplendor, tenemos a un integrante de cada bando. Y, en vez de canciones (variadas, pesadas, ruidosas, deformes, pero canciones al fin), tenemos un extenso (divido en dos parte de poco más diecisiete minutos y medio cada uno) experimento sónico capaz de taladrarle los tímpanos al oyente más avezado y resistente. Los mismos músicos explican que el disco fue grabado sin utilizar instrumentos musicales (¿se habrán inspirado en “Peste” de Sarghuma Incoxis?) y, los resultados finales hacen que dicha afirmación suene creíble. En efecto, no esperen encontrar aquí los riffs monumentales de O’Malley ni el aplastante empuje rítmico del baterista de Boris. Tampoco esperen algo con demasiada forma o dinámica porque, en líneas generales, lo que aquí tenemos son extendidos chirridos, zumbidos, pitidos y frecuencias que se van superponiendo en un entramado abstracto, generando una profunda sensación de incomodidad que, por momentos, llega a tornarse física. Por un lado, se trata de un impenetrable bloque sonoro construido con claras referencias al minimalismo y la Música Concreta, por el otro es un impiadoso ataque a los sentidos que requiere de mucha paciencia y un estado de ánimo adecuado para poder apreciarlo como es debido. Para algunos podrá ser material absolutamente soporífero, monótono y aburrido, otros se preguntarán qué sentido tiene autoflagelarse los oídos durante treinta y cinco minutos. En última instancia, las pautas están claras de entrada y quienes disfruten del ruido en sus formas más abstractas y experimentales, aquí tendrán un bocado más que interesante.
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