Por Fernando Suarez.
-Raw Radar War “On a field of white” (2011)
Su trabajo al frente de grupazos como Only Living Witness (uno de los manjares más deliciosos del Rock de los noventas), Milligram y Miltown me eximen de aclarar que Jonah Jenkins es un tipo talentoso y uno de los vocalistas más dotados (musicalmente hablando, lo otro no lo sé) de su generación. A pesar de su claro amor por las grandes melodías, en 2002 decidió fundar Raw Radar War para dar rienda suelta a su otro amor, el Hardcore más crudo, virulento y mugriento. Así, en 2006 nos agració con “==” (sí, se llama así), un debut que conjugaba las más selectas enseñanzas del D-Beat con un sonido empantanado y moderno, de tintes casi Sludge, y una intensidad que ponía la piel de gallina. Cinco años después, aquí tenemos, finalmente, algo de nuevo material, aunque más no sea en la forma de este ep de cinco temas. “On a field of white” está basado en la vida de Simo Hayha, el francotirador más letal de Finlandia, considerado uno de los más grandes héroes de dicha nación, un tipo que llegó a asesinar a más de setecientas personas durante su carrera militar. En fin, consideraciones políticas al margen (en mi humilde opinión, no existe tal cosa como un “héroe de guerra”), lo que aquí tenemos son poco más de siete minutos de pura agresión y desenfreno, ritmos acelerados, guitarras como enormes motosierras, voces quebradas y violentas (Jenkins demuestra que, cuando los buenos cantantes deciden ponerse rabiosos y podridos, grandes cosas pueden suceder), y una penetrante sensación de maldad que se condice a la perfección con la impronta del personaje elegido. Para ello, el quinteto decidió sumar ciertos toques del viejo Death Metal sueco de principios de los noventas a su propuesta, en especial en lo que hace a riffs y sonido de guitarras en general, una combinación que ya ha demostrado su efectividad en bandas como Nails o Trap Them, aunque el approach de Raw Radar War tal vez sea un tanto menos extremo y más cercano aún al Hardcore y el Crust de la vieja escuela. Por lo demás, los temas son breves y certeros, y nos dejan sudorosos, exhaustos y con ganas de más. Por ahora sirve como aperitivo pero esperemos que el buen Jonah se ponga las pilas y no nos prive durante tanto tiempo de sus siempre destacadas virtudes.
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