14 de marzo de 2011

Review: Virus "The agent that shapes the desert" (2011)

Por Fernando Suarez.


-Virus “The agent that shapes the desert” (2011)
Hoy en día la combinación de Black Metal y Post-Rock no es ninguna novedad. Por el contrario, casi es un lugar común dentro del underground contemporáneo. Ahora bien, que un grupo noruego ensayara dicha combinación a mediados de los noventas ya es otro cantar. Tal fue el caso de Ved Buens Ende que, con sólo un disco (el magistral “Written in waters” de 1995), logró ensayar una improbable cruza entre la oscura agresión del Black y los rebusques dinámicos y la frágil sensibilidad de Slint. De las cenizas de aquel grupo surgió, a principios de la década pasada, Virus con la voluntad de llevar dicha propuesta a terrenos aún más experimentales y, al mismo tiempo, melódicos. El hecho de que se los suela describir como una cruza entre Talking Heads y Voivod ya nos dice bastante sobre sus intenciones musicales. “The agent that shapes the desert” es su tercer trabajo y, efectivamente, se trata de un material difícil de encasillar en un género específico. Todavía queda cierto filo metálico en las guitarras y en el empuje rítmico pero la impronta general es más bien Rockera, las voces remiten al Arcturus más melódico y operístico aunque con un aire más siniestro y menos pomposo, los riffs son intrincados, disonantes, angulares y se valen de acordes y armonías de clara extracción Jazzera, el bajo dibuja casi constantemente robustas líneas y contrapuntos con un ubicado despliegue de virtuosismo, la batería mantiene un groove elegante y sofisticado (con cierto aire a Stewart Copeland de The Police) y dosifica sabiamente la energía física, el sonido es claro y natural (casi no se perciben sobregrabaciones y la guitarra se mantiene con una distorsión controlada) y las composiciones manejan un más que interesante equilibrio entre inteligencia, gancho y energía. La única asociación que tal vez les quede con el Black Metal es el linaje de los músicos (que han pasado por grupos como Dodheimsgard, Satyricon, Ulver, Aura Noir, Cadaver Inc. Y Dimmu Borgir, entre otros) y un aire de brumosa oscuridad que aún se respira en las canciones. Por lo demás, esto está más cerca del Math-Rock (en especial el trabajo de las seis cuerdas) y del Post-Punk más accesible (en la parte rítmica) que del Metal extremo en general. Por otro lado, el mencionado aire casi operístico de las melodías vocales, el swing Jazzero de las bases, el espeso entramado compositivo del trío y la sólida cohesión con la que arman sus canciones le confieren una identidad única y alejada de cualquier limitación genérica. A los metaleros tal vez les suene demasiado cerebral y “limpio” (noten las comillas), a los progretas demasiado cancionero y terrenal, y a los amantes del Post-Rock/Math-Rock demasiado histriónico. Para los que sean capaces de disfrutar de la música más allá de rótulos y tribus rockeras, he aquí cuarenta y tres minutos y monedas de pura dicha auditiva.

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