Por Fernando Suarez.
-Boris “New album” (2011)
Creo que lo que más me gusta de Boris es cómo se las arreglan para sorprender siempre, ese espíritu inquieto que los hace moverse hacia cualquier dirección musical que les plazca, sin importar cuan comercialmente viable sea. Porque, convengamos que para un grupo como Boris (considerados paladines del Drone y el ruido lento en general), editar un disco, básicamente, de Pop no es una movida complaciente, por así decirlo. De hecho, los gritos de “traición” y “esto no es Boris” ya se han hecho escuchar por ahí. Lo que esa gente no entiende es que Boris es exactamente lo que ellos quieren que sea en cada momento, ni más ni menos. Y si eso implica abandonar los riffs saturados de graves, las murallas de feedback, los espesos climas lisérgicos y los tempos aplastantes en pos de melodías agradables, ritmos gancheros, arreglos delicados (muchos, inclusive, de tono electrónico), guitarras fuertes pero controladas y atmósferas más bien distendidas, así sea. En última instancia, discos como “Pink” y “Smile” ya habían expuesto cierto gusto por las líneas vocales melódicas, aún en medio del habitual desparramo de distorsión del trío. Y, de todas formas, esto sigue siendo Boris hasta la médula. El hecho de que las canciones mantengan estructuras más bien tradicionales y estén basadas en el desarrollo melódico antes que en los riffs o la exploración sonora no quita que la locura usual de los nipones haya desaparecido. Es más, queda claro que, como disco Pop, “New album” no tendrá ningún hit en alta rotación, a pesar de la alta calidad y el irresistible gancho de sus composiciones. Es que, aún en un contexto tan cancionero y melódico, Takeshi, Wata y Atsuo no pueden privarse de jugar con elementos de géneros diversos (Techno, Lounge, Shoegaze, Jazz, Psicodelia moderada y hasta algún que otro arranque un tanto más Punky) y proponer arreglos de una profunda y retorcida musicalidad. Y sí, no hay duda de que sus fans más acartonados odiarán con ganas este trabajo pero eso no hace más que sumarle puntos. Para ellos, pronto verán la luz “Heavy rocks” (continuación del álbum de igual nombre editado en 2002) y “Attention please” (donde Wata se hará cargo de todas las voces), que prometen (aunque con esta gente nunca se sabe) recuperar la impronta más pesada y abrasiva del grupo. Para los que disfrutan de la buena música sin prejuicios ni limitaciones estériles, “New album” es un bocado más que delicioso y necesario.
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