Por Fernando Suarez.
Un auto avanza, levantando polvo. Nublando aún más estos recuerdos. Las tazas humeantes y los cigarrillos que se apilan. Los cuellos torcidos tratando de expiar fantasmas. Frentes sudorosas, camisas a cuadros deshilachadas, danzas quebradas. La voz grave y ronca que nos cuenta nuestras vidas. Y escuchamos una vez más, maravillados, nostálgicos y aún vivos. Las cuerdas se tropiezan con dedos torpes pero gentiles. Horas charlando, sin necesidad de ninguna otra cosa. Rústicos y refinados de alguna manera extraña. Atrapados bajo ninguna bandera. Demasiado humanos tal vez. Algún día lo superaremos. No hoy, claro. Ni siquiera hay necesidad de tantas flores. Ninguna exageración a la vista. Sólo latidos acelerados y demandas incompletas. Cinco dólares y una buena conversación.
1 invocaciones del cosmos:
donde me lo bajo.. paame el link porfavor
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